Claudia, una maestra especial para alumnos diferentes

Para Claudia María Álvarez González, maestra de educación especial desde hace casi 25 años, ha sido muy satisfactorio constatar los avances y logros de sus alumnos con capacidades diferentes.

GUAYMAS, SON.- Para Claudia María Álvarez González, maestra de educación especial desde hace casi 25 años, ha sido muy satisfactorio constatar los avances y logros de sus alumnos con capacidades diferentes, que muchas veces sorprenden con las habilidades que logran desarrollar.

Un 2 de octubre de 1995, recién egresada de la licenciatura en Trabajo Social por la Universidad de Sonora, comenzó a trabajar en el CAME de Ciudad Obregón y ahí descubrió que su vocación era dedicarse a ese tipo de estudiantes, por lo que cursó una segunda carrera enfocada a la educación especial en la Escuela Normal Superior de Guadalajara, después ejerció como docente varios años en Cajeme y en Sahuaripa, para finalmente asentarse en Guaymas, su lugar de origen.

“Conforme pasó el tiempo me fui dando cuenta de que hay muchos niños especiales, y se comenzaron a tomar en cuenta con la creación de más programas de actividades para ellos, y también el hecho de integrar a los padres de familia que juegan un papel muy importante”, dijo.

Explicó que para los padres, en un principio es difícil aceptar la condición del niño, debido a que el no estar preparados para enfrentar la situación puede generar rechazo, enojo y hasta matrimonios separados cuando el padre responsabiliza a la mujer. Sin embargo, cuando llega la aceptación, es posible “ponerse la camiseta” para trabajar en el buen desarrollo del hijo, y en la mayor parte de los casos, es la madre la que está al frente, con o sin respaldo del papá.

“En Obregón me llamaba mucho la atención ver a las mamás batallando con sus niños en brazos, la mayoría venían de campos lejísimos, algunas con niños con parálisis cerebral, con el sol fuerte o el cielo tronando las mamás iban con sus bultitos a esperar que se les atendiera, muchas estaban solas porque su marido las había abandonado, a veces por la ignorancia de los papás que les echaban la culpa de la condición del niño, por eso admiro muchísimo cuando veo a los padres juntos apoyando a su hijo, motivándolo y reconociéndoles cada pasito que dan”, señaló.

La maestra Claudia platicó que los diagnósticos más comunes que atiende en la actualidad, son el espectro autista, el Síndrome de Down, el Síndrome de Asperger, el Trastorno de Conducta Desafiante, así como problemas de aprendizaje y Trastorno por Déficit de Atención (con y sin hiperactividad), y en sus años de experiencia le ha llenado de satisfacción ver que algunos, a pesar de sus padecimientos, cuando crecen se incorporan a la vida laboral.

Los maravillosos niños con Síndrome de Down

Ha habido muchas experiencias muy bonitas, porque uno a veces siente que algunos niños no podrán salir avante en un grado muy alto, sin embargo, nos han dado sorpresas, el ver que ellos tienen una fuerza interior y rebasan límites, son satisfacciones muy grandes, los niños Down derrochan amor, consiguen muchas cosas, son muy persistentes, y si se les apoya desde pequeños, salen adelante y pueden valerse por sí mismos, al menos con lo básico. Tal vez nunca tendrán acceso al currículum regular de otros niños, pero las habilidades personales hay que explotarlas en su máximo y llevarlos a una institución, no dejarlos en casa rezagados”, explicó.

Con orgullo, la maestra dijo haber atendido a varias personas con Síndrome de Down que hoy se caracterizan por tener habilidades sobresalientes, como un joven que trabaja en un restaurante de mariscos en Ciudad Obregón, una cuñada suya que elabora repostería y participa en múltiples actividades escolares, y a la jovencita guaymense Leslie Rodríguez Martínez, quien posee el talento del baile y una personalidad sociable e inteligente, misma que ha desarrollado gracias al estímulo de sus padres, que de manera incansable buscan oportunidades para su crecimiento.

“También tuve alumnas con diagnósticos no tan severos como problemas de aprendizaje que egresaron de Conalep y hoy están integradas a empresas, y hay un joven con parálisis cerebral egresó del ITSON, es posible eso, porque en ese caso la tecnología los apoya mucho”.

Mas difícil para los más pobres

Aunque la mentalidad de la sociedad respecto a las personas especiales ha cambiado fuertemente en las últimas décadas y son visibles el fomento al respeto, como las oportunidades educativas en instituciones públicas, para las familias de escasos recursos económicos, continúa siendo una labor difícil apoyar adecuadamente al hijo.

“Es costoso, requiere terapias, estudios, citas médicas, y desafortunadamente es más duro para los más vulnerables, aunque hay mamás muy luchonas que se mueven para buscar apoyos, pero en otros casos primero buscan que comer a llevarlos a una terapia”, lamentó la maestra Álvarez.

Finalmente, insistió en que como sociedad, todos debemos aportar con una conciencia inclusiva para brindar oportunidades a dichas personas, y darles su lugar, tal y como lo hace quien tiene un niño especial en casa.

Claudia Álvarez Martínez es directora en la USAER (Unidad de Servicio de Apoyo a la Educación Regular) 5233 del Estado, misma que apoya en cuatro escuelas primarias de Guaymas.