Buzos de Yavaros no cuentan con seguro de vida
En un sondeo realizado por Yavaros, de 10 buzos entrevistados, constatamos que ninguno cuenta con un seguro de vida que brinde cobertura en caso de sufrir algún tipo de accidente laboral o por enfermedades profesionales.
NAVOJOA, SON.- En los últimos años la pesca del callo de hacha se ha convertido en una de las actividades más rentable en el Puerto de Yavaros, ya que el kilo del producto llega a tener un valor de hasta 700 pesos, sin embargo, los riesgos que implica extraerlo a más de 5 metros de profundidad del mar son aún más que el valor significativo que le dan las cooperativas.
En un sondeo realizado por Yavaros, de 10 buzos entrevistados, constatamos que ninguno cuenta con un seguro de vida que brinde cobertura en caso de sufrir algún tipo de accidente laboral o por enfermedades profesionales.
Amado García Valenzuela, buzo por más de 20 años en el litoral sonorense, indicó que un pescador que se dedica al buceo debería de estar asegurado para garantizar el bienestar de su familia, ya que la labor que realiza representa un gran riesgo.
"Los buzos deben de estar asegurado porque se enfrentan a grandes riesgos, no tan sólo de que se lo coma un tiburon o algún pez grande, sino que los riesgos pueden venir por fallas técnicas o enfermedades", explicó.
García Valenzuela, enfatizó que en cada salida a mar abierto dejan a la familia corriendo el riesgo de no regresar al puerto.
"Es muy riesgo y es bueno que cada uno de los buzos nos unamos para buscar algún tipo de aseguramiento, porque no se sabe si mañana o pasado no vamos a volver del campo pesquero", resaltó.
En cuánto al ataque que sufrió un compañero de profesión, el pasado fin de semana, precisó que no esperaban que eso sucediera.
"Es un hecho que nunca había pasado, aquí tenemos muchos años que hay buzos pulmoneros, otros que utilizan los compresores de aire comprimido y nunca había ocurrido este tipo de hechos", aseveró.
El buzo reconoció que todos los que se dedican al buceo saben los riesgos que tienen al estar en la profundidad del mar.
"En toda mi trayectoria de buceo yo nunca había visto gente que se muriera por mordeduras de tiburón sino por descompresiones, congestiones o por incidentes de dobles de manguera", apuntó.