Amamantar a tu bebé puede reducir el riesgo de cáncer de seno
Durante la lactancia materna, se estima que las madres que amamantan a sus bebés desde los seis a 24 meses, pueden reducir el riesgo de cáncer de seno entre un 11 y 25 por ciento.
HERMOSILLO, SON.- Durante la lactancia materna, se estima que las madres que amamantan a sus bebés desde los seis a 24 meses, pueden reducir el riesgo de cáncer de seno entre un 11 y 25 %, según información de autoridades estatales de Salud.
Indicó que además de crear un vínculo afectivo entre la madre y el hijo, la leche materna es la alimentación más efectiva y completa para su óptimo crecimiento físico y mental.
Lo anterior, aumenta la posibilidad de que los menores crezcan sin enfermarse; sobre todo durante los primeros años de vida, que son cruciales para su sano desarrollo.
A pesar de no mostrar una cifra exacta, la institución médica informó que en México ha disminuido la lactancia materna en los últimos 10 años, por lo que se trabaja para que más mujeres se concienticen sobre la importancia de esta alimentación.
Algunos de los beneficios de la lactancia en los niños es evitar infecciones respiratorias y molestias digestivas e intestinales; previene la obesidad, tanto en la infancia como en adultos; y ayuda a combatir diferentes tipos de bacterias.
En el caso de las mamás, aparte de reducir el reducir el riesgo de cáncer de mama, fortalecen el vínculo con tu hijo, pierden peso con mayor facilidad, además, la succión del pecho hace que el útero se retraiga más rápido después del parto; lo cual evita dolores y reduce las probabilidades de depresión post parto.
Este líquido alimenticio contiene elementos nutritivos que ayudan al crecimiento y desarrollo, también, la calidad de la leche es suficiente, por lo que no es necesario incluir bebidas como té o jugos (antes de los seis meses).
La alimentación debe iniciarse inmediatamente al nacimiento del bebé, siempre y cuando no haya algún impedimento médico, una vez adaptados, cada bebé marca su frecuencia de alimentación de acuerdo a su necesidad.
Agregaron que algunos signos tempranos de hambre son: movimientos rápidos de los ojos, chupeteo, se lleva la mano a la boca, abre su boca en búsqueda del pecho, se pone inquieto y los signos tardíos son que se agita o llora.