A cuatro años de un suicidio fallido y mediático...

NAVOJOA, SON.- Después de sobrevivir al arrojarse desde una altura de 20 metros, Yazmín Torres, sufre los estragos de su fallido intento de suicidio: hoy camina con dificultad, padece incontinencia y debido a las constantes recaídas, está internada en el Hospital Psiquiátrico Cruz del Norte.

Los videos de la joven de 16 años de edad arrojándose desde lo alto de la torre del campanario del Templo del Sagrado Corazón de Jesús, luego de 45 minutos de intentos por disuadirla, se volvieron virales en redes sociales y figuraron en noticiarios nacionales e incluso Internacionales.

Su madre, Norma Felicia Murillo Ayala, recuerda con tristeza el 18 de agosto de 2015; afirma que hasta aquella fecha su hija era una estudiante ejemplar, hermana amorosa, aunque un tanto introvertida.

Luego de ese aventurado episodio, Yazmín Torres fue revictimizada, las primeras declaraciones oficiales y notas periodísticas dejaban entrever que las alucinaciones auditivas que padecía, donde se señalaba que platicaba con soldados, se debían al consumo de drogas como el “cristal”.

Pero los análisis clínicos probaron que su organismo estaba limpio de sustancias ilegales, el diagnóstico: esquizofrenia paranoide con síntomas psicóticos agudizados, posiblemente detonados por una depresión profunda.

“La enfermedad de Yazmín me va doler toda la vida, porque no existe cura, es una enfermedad que explota y aunque se puede controlar en cualquier momento puede estallar, no puedo dejarla sola; tiene días buenos y malos, no tiene lado.

“Un día puedo llegar a casa y que ella tenga todo impecable y a la hora (de transcurrida) ser grosera y desobediente; ella no hace por estar bien, pero yo haría cualquier cosa para sacarla adelante”, declaró su madre.

Las consecuencias
Tras el fallido intento de suicidio, donde cayó parada, Yazmín Torres sufrió fracturas múltiples en sus piernas y pelvis, también resultó con daño severo en la vejiga y otros órganos internos; ahora no puede contener las ganas de orinar, tiene que utilizar costosos pañales las 24 horas del día y medicación constante con los más potentes ansiolíticos.

Con calificaciones de excelencia en secundaria y preparatoria, Yazmín Torres pidió a su madre que le construyera un cuarto para ella sola, en lugar de fiesta por sus 15 años; finalmente todo lo ahorrado se destinó a su tratamiento médico, principalmente para volver a caminar.

“Me costó siete meses de esfuerzos, nos acabamos todos los ahorros, empeñé todo lo que teníamos y pedí prestado, también dejé de percibir porque tuve que pedir licencia del trabajo para atenderla.

“Ya ni lágrimas me salían porque lloré suficiente para llenar tambos de 200 litros, pero finalmente logramos que caminara; terminé en ruina, pero llorando de alegría”, recordó Norma Murillo.

Yazmín escapa y pide ayuda
Luego de un año con altas y bajas, el pasado jueves 24 de octubre Yazmín hizo maletas y escapó de su casa, duró 12 horas desaparecida hasta que paró una patrulla de la Policía a quienes les pidió que la llevaran a la Cruz del Norte.

La joven que ahora tiene 21 años, ya no soportaba más, así que nuevamente pidió auxilio, platicó con su madre y los médicos especialistas decidieron dejarla de nuevo internada en el Hospital Psiquiátrico.

“La verdad ahí recibe una excelente atención y sus medicinas, incluso ahí he conocido otros casos porque a ese hospital llegan personas de Sinaloa y todo Sonora, porque es el único en la región; yo le doy gracias a Dios por los médicos, las enfermeras y trabajadores sociales porque la atienden muy bien”, agregó Norma Felicia.

Yazmín Torres no puede trabajar ni estudiar, el único apoyo público que le ha sido aprobado es la Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad que otorga la nueva administración del Gobierno de la República, pero hasta el momento nunca le ha llegado el depósito; la joven permanecerá internada en la “Cruz del Norte” cuando menos hasta el próximo mes.

EXP/DSD/FRU/OCT/2019