Las investigaciones determinaron que Kaitlyn fue sometida a “dolor físico excesivo debido a negligencia médica” antes de morir. La niña fue declarada muerta en un hospital de Milledgeville el 26 de agosto después de que su madre Katie Horton, de 37 años, llamara al 911 para informar que su hija no respondía.
El agente Hilton consideró que las picaduras repetidas de los piojos, que creen se dieron durante al menos tres años, redujeron sus niveles de hierro en la sangre, lo que puede haber estado detrás de su grave anemia.
Cuando las autoridades llegaron a la casa de los Yozviak en agosto, encontraron piojos por todo el colchón, los peluches y otros muebles en la habitación de la menor según dijeron las autoridades.
Los vecinos le contaron a los agentes que hacía más de un mes que no habían visto a Kaitlyn jugar en el barrio. Los documentos de la División de Servicios para Familias y Niños de Georgia (DFCS) muestran que los dos hermanos de la niña fueron sacados de la casa de Horton y Yozviak debido a condiciones insalubres.
La familia de la menor recibió varias denuncias por condiciones insalubres de vivienda en diferentes épocas. En 2018 una llamada les avisó a la DFCS que la casa estaba “infestada de insectos, con gatos en exceso y condiciones peligrosas”. En esa ocasión la niña fue enviada a vivir con su abuela, pero a los 6 días volvió a la casa de sus padres.