Historias de guerra: Alba Becerra dejó Ucrania tras 32 años de vivir en Kiev
"Putin es un Hitler contemporáneo", después de 32 años de vivir en Kiev, Ucrania, la mexicana Alba Becerra tuvo que abandonar su casa y regresar a su natal Nayarit, ante la invasión de Rusia.
CIUDAD DE MÉXICO.- Después de 32 años de vivir en Kiev, Ucrania, la mexicana Alba Becerra tuvo que abandonar su casa y regresar a su natal Nayarit, ante la invasión de Rusia.
Alba Becerra dijo que regresa, principalmente, para poner a su hijo a salvo y evitar que sea reclutado por el Ejército de Ucrania para hacer frente al combate ante el conflicto con Rusia.
La mexicana, como 25 connacionales más, se encuentra a resguardo en el hotel Papasul Sura, en la Ciudad de Suceava, Rumania, a donde llegó este lunes después de cuatros días de camino para salir de Ucrania.
Un bombardeo en el aeródromo que está cerca de su casa fue lo que la hizo tomar la decisión de salir de la capital ucraniana.
"Hubo un bombardeo el aeródromo cerca de mi casa, en ese momento todo vibró, las magentas de mi casa se cayeron y rompieron. Fue entonces que decidí que era hora de irnos", relató.
Su hijo es débil visual
Acompañada de su hijo de 25 años, quien es débil visual, y de su nuera, Alba Becerra rentó un auto para salir en compañía de otra familia mexicana y de otras personas de nacionalidad peruana.
La mujer contó que el camino para salir de Kiev no fue sencillo porque el tráfico se volvió muy complicado por las personas que, hasta ahora buscan salir de Ucrania.
"Pasamos 4 días en el carro, pasamos por un camino complicado porque debido al tráfico tuvimos que buscar camino para llegar a la frontera.
"Pero llegó un momento en que ya no avanzamos, tuvimos que dejar los carros y caminar, porque ya no se avanzaba", indicó.
Refirió que en el trayecto se encontró también a la sociedad ucraniana que brindó comida a toda persona que intentaba salir del país.
Becerra salió con la presión de que su exesposo, de nacionalidad ucraniana, así como los padres de su nuera, están refugiados en un sótano.
Agregó Becerra que dejó en resguardo de una familia ucraniana a los seis gatos con los que convivía.
Con la voz entrecortada, el cansancio reflejado en su cara y los 32 años de vida en Ucrania, Alba Becerra, se siente con el derecho a decir lo que piensa.
"Putin es un Hitler contemporáneo. Tengo derecho a decir que Ucrania es un pueblo excepcional, no se merece esto", exclamó.