Villa de Seris no pierde su folclor pueblerino

El tradicional sector llegó a operar como municipio independiente de la capital sonorense.

HERMOSILLO, SON.- Un pueblo dentro de una ciudad, ajeno a lo que durante años ha venido gestando la urbe, donde el arraigo a la tradición se combina con una fuerte identidad cultivada durante generaciones, ésas son características que vuelven única a Villa de Seris, la colonia que antaño fuera un municipio independiente de la capital sonorense.

“El antecedente de Villa de Seris data de 1742 cuando Agustín de Vildósola fundó ahí, en el Cerro de la Cruz, el presidio de San Pedro de la Conquista del Pitic, pero cuatro años después ese presidio cambió a San Miguel de Horcasitas y ahí quedó desolado”, comentó Ignacio Lagarda Lagarda, cronista de Hermosillo.

Más tarde, relató el cronista, alrededor del año 1770, cuando el pueblo de los Seris sufrió sed y una gran hambruna, aceptaron trasladarse desde la Isla del Tiburón y Punta Chueca hasta este asentamiento para pasar la crisis, pues el gobernador Pedro Corbalán había ordenado que se les facilitaran tierras, instrumentos de labranza y semillas para instalarse al otro lado del río donde se ubicaba la Villa del Pitic, lo que es hoy el centro cívico de Hermosillo.

A ese lugar se le llamó Pueblo de Seris, sin embargo, luego de algunos años, habiendo concluido la crisis, los miembros de la nación Comcáac volvieron a sus territorios, por lo que otros colonos mestizos comenzaron a instalarse a un lado del Cerro de la Cruz, dedicándose a la agricultura y conservando como original, pero principalmente conservando su independencia de la Villa del Pitic.

“Cuando la Villa del Pitic pasó a ser Hermosillo, aquella seguía siendo el Pueblo de Seris, se les hizo una iglesia, una capilla, algo sencillo en aquella región y los colonos mestizos siguieron estableciéndose ahí formando un pequeño pueblo”, contó Lagarda Lagarda.

Añadió que, para el año 1854, el Pueblo de Seris formaba parte del Distrito de Hermosillo, de manera que el 3 de diciembre de 1862, pasa a ser municipio del Distrito de Hermosillo, el cual abarcaba municipios como San Javier, La Colorada, Tecoripa, entre otros.

Cambia de categoría

No obstante, a finales del siglo XIX, en 1893, el Pueblo de Seris es ascendido a la categoría de Villa, mientras que a principios del siglo XX, en 1903, el Municipio de Villa de Seris deja de tener independencia y se añade al territorio del Municipio de Hermosillo.

Durante la Revolución de Francisco I. Madero, en el año de 1911, Villa de Seris vuelve a elevarse a la categoría de municipio en el Distrito de Hermosillo; sin embargo, para 1930 el Municipio de Villa de Seris se suprime de nuevo y vuelve a ser parte del Municipio de Hermosillo.

“En 1931, un año después, otra vez, se erige Villa de Seris como municipio, integrando comunidades como La Colorada, Estación Serdán, San José de Moradillas, Tecoripa, San Javier y Suaqui Grande. Bastante grande el Municipio de Villa de Seris en 1931”, destacó Lagarda Lagarda.

Sin embargo, esto no duraría mucho, pues en 1934, al Municipio de Villa de Seris se le retiran casi todas las comisarías, con excepción de Estación Serdán y San Javier; aunque fue el 27 de mayo de 1939, cuando este municipio fue definitivamente suprimido, anexando su territorio al Municipio de Hermosillo.

Fue así como lo que hoy conocemos como Villa de Seris pasó a convertirse en otra colonia de la capital sonorense, conservando su nombre, pero sobre todo, su arquitectura tan característica, donde basta con encontrarse en la plaza central para ver la iglesia y, justo enseguida, lo que alguna vez fue el Palacio Municipal de Villa de Seris, por lo que uno puede percatarse que se trata de un pueblo dentro de una ciudad.

El pueblo y la ciudad

La calle “Doña María Ochoa”, ubicada en la colonia Villa de Seris, debe su nombre a la mujer que hizo de la coyota uno de los postres más representativos de Sonora, quien aprendió la receta de la española Virginia Araiza.

“Pero como aquí en Hermosillo no tenía los ingredientes ni las formas españolas, la señora sabía hacer tortillas de harina o empanadas, y más o menos hizo lo que le había explicado la española, y le salió lo que son dos capas de tortilla gruesa con manteca y demás y lo rellenó con el dulce más tradicional de Hermosillo, que es el piloncillo que tanto se hace aquí en Ures”, relató el cronista.

El popular comercio donde hasta la fecha continúa a la venta este platillo, (inició alrededor de 1954) se encuentra a escasos metros de la iglesia de la Candelaria.

‘Coyotitas’

Además, es preciso recordar que el nombre del postre debe su nombre a las niñas que salían a venderlo por la ciudad, a quienes se les conocía como “coyotitas”, todo proveniente desde las calles de la colonia Villa de Seris.

A pesar de todo lo anterior, es preciso recordar que esta parte de la ciudad pareciera suspenderse en el tiempo y sentirse apartada de lo que es el resto de la capital de Sonora, donde se celebra la fundación del pueblo, el día de la Virgen de la Candelaria; existe un sentido de pertenencia y una identidad muy marcada en los residentes de Villa de Seris.

“Esto es bueno para Hermosillo, porque se ha convertido en una tradición turística y cultural que debería explotarse más, los hermosillenses deberíamos sentirnos orgullosos de tener un pueblo adentro de nuestra ciudad y debería explotarse más de manera turística y comercial”, puntualizó Lagarda Lagarda.

EXP/GM/EV/AGT/2020