Vende plumas y llaveros para ayudar a su tío

HERMOSILLO, SON.- Carlos Robledo Ontiveros se cayó de un andamio a 5 metros de altura, causando que el impacto lo dejara en cama y con la necesidad de realizarse una operación, por lo que su sobrino, José Juan Robles, vende plumas y llaveros que él hace a cambio de lo que gusten donarle en efectivo.

“Se cayó de un andamio mi tío y ahí se quedó, ya no puede caminar, pero ahorita está en silla de ruedas, y nos dijo la doctora que posiblemente le podrían hacer trabajos para que camine, pero ya no va poder levantar cosas pesadas como antes”, detalló José.

El sobrino normalmente permanece desde las 7:00 hasta las 15:00 horas en el cruce del Bulevar Luis Encinas y el Bulevar Rodríguez, lugar donde busca vender las plumas y los llaveros; para hacerle llegar apoyo directo o contactarlo, favor de llamar a su celular persona l: (633) 115 5173 Los originario de Cananea ya han venido en varias ocasiones a Hermosillo, últimamente ha sido por los estudios que necesita realizarse Carlos, pues su operación está agendada para el próximo lunes 3 de agosto. José expresó que son parte de una familia de bajos recursos, y siempre se han dedicado a reunir fondos por medio de venta de comida, como hamburguesas, menudo, tortas, entre otros platillos, además de atender trabajos de ocasión, como la limpieza o pinta de casas. Especial / EXPRESO.

“Cuando tengo el día libre me vengo para ayudar, el dinero que reúno lo doy al hospital, me dan un recibo y gracias a Dios nos ha ayudado la gente de Hermosillo, aparte de que tenemos permiso para andar boteando […] Nos faltan 60 mil pesos nada más, en total son 90 mil por la operación”, precisó José.

Añadió que tiene una hija de dos años de edad, a la que en ocasiones necesita llevar consigo mientras trata de vender los artículos, por lo que pide encarecidamente el apoyo y la solidaridad de los hermosillenses para poder reunir el dinero y poder estar en casa, y de ser posible, quien guste donarle un par de zapatos de talla 10, le ayudará a que pueda seguir sus jornadas bajo el sol sin quemarse.