"Mi sueño es cargar una mochila con droga y cruzar a Estados Unidos"

“No hay quinto malo, en Nicaragua dejé a mis hijos, allá dejé todo, sin trabajo, sin oportunidades es muy difícil subsistir”, así comenzó la plática de Jhony.

HERMOSILLO, SON.- “No hay quinto malo, en Nicaragua dejé a mis hijos, allá dejé todo, sin trabajo, sin oportunidades es muy difícil subsistir”, así comenzó la plática de Jhony, quien en una parada de camión de Hermosillo me confesó que su sueño es cargar una mochila con droga y cruzar a los Estados Unidos.

Él tiene cuatro meses migrando desde su tierra, ha caminado por países como Honduras, El Salvador, Guatemala y casi todo México.

Sus historias son inverosímiles para quienes tenemos un trabajo, familia, salud y comida en la mesa; sin embargo para el migrante, nuestro cotidiano es su imaginario, un abrazo de sus hijos, un cariño de su madre, un beso de su padre.

Me han deportado cuatro veces de aquí de México pero no puedo detenerme hasta lograr mi sueño”, me comenta.

En una de las tantas veces que pasó por Oaxaca, en el grupo con el que viajaba venía una muchacha de Honduras, ella estaba embarazada y su vientre abultado demostraba que tenía una avanzada edad gestacional.

A Mildred le faltaba poco para parir pero ella también tenía el anhelo de una mejor vida para ella y su bebe.

Caminaban por largos tramos, siempre pegados o cerca de las vías del tren, sortearon zonas peligrosas donde gobierna el crimen organizado, todo parecía que estaba bien.

Llegó el momento de subir a “La Bestia”, todos corrieron, todos subieron y sintieron un alivio por saber que estaban a bordo del tren, pero Mildred ya no era tan rápida, ni ágil, no logró afianzarse bien al subir y cayó bajo las ruedas del tren.

Aquellas rueditas la partieron por el vientre en dos, Jhony y otros más se bajaron del tren para auxiliarla pero a ella le llegó primero la muerte.

Sientes esa cosa como vacío en el pecho cuando miras algo así, ya en Veracruz había visto como a uno le cortó su brazo el tren, es que son como cuchillas calientes en mantequilla, te corta como nada, pero lo que le pasó a ella nunca lo había vivido”, recordó con la mirada ida.

En su narración agregó que imagina que a Mildred la repatriaron en una caja junto a su bebé.

Ahora Jhony está a tres días a pie de la frontera, pero él ya no se arriesgará a ser deportado nuevamente, ahora la tirada es avanzar por el desierto, cargar una mochila para él es lo más seguro.

Quiero irme por el desierto, quiero cargar una mochila, estoy seguro que así sí la podré hacer, mis hijos esperan que les mande dinero para comer, para la escuela, para vivir. Mi único camino es por el desierto, ya me dijeron que me fuera por Altar, ya me dirijo hacia allá, no tengo miedo a morir ahí, tengo miedo de volver con las manos vacías”, terminó.

Lo escucho y no me queda más que abrir los ojos como plato ante sus palabras, no se le nota vicio alguno, sus ojos están despiertos y su semblante es resignado a “hacer lo que tiene que hacer” todo sea por el sueño americano.