Madre e hija se unieron en la adversidad y llevan trabajando 3 años juntas

Iniciaron como venta de ropa entre amigos y conocidos, hoy venden prendas con envío a todo el país, algo que inició en uno de los momentos más complicados de la humanidad con la pandemia del Covid-19.

En medio de las incertidumbres y restricciones impuestas por la pandemia, surgió una historia de perseverancia de madre e hija, ya que hace 3 años, en plena crisis sanitaria, Carmen Lorena Morán y Angie Ailed Martínez Morán, decidieron emprender un negocio de moda sustentable que cambiaría sus vidas para siempre.

Al separarse de su pareja, Lorena decidió generar sus propios ingresos, lo que la llevó a generar un negocio en venta de ropa, que se fue transformando hasta formar lo que hoy llaman Lola & Luna Bazar.

“Mi mamá se dedicaba al comercio de la ropa nueva, ropa a crédito, cuando las clientas le quedaban mal, al final de cuentas no le pagaban, después de dar muchas vueltas, ya harta o cansada optaba porque le regresaran las cosas, a veces era ropa que nosotros no podíamos utilizar y entonces mi mamá decidió empezarla a revender, pero de manera de segunda mano”, explicó la hija.

Este proyecto inició con ventas de negocio en negocio y con las madres de los compañeros de sus hijos en la escuela, pero con las visitas domiciliarias limitadas en ese momento, Angie vio una oportunidad en el mundo digital.

“Vi que gente de otros estados empezó a subir ropita de ellos mismos, entonces dije,’adelante, tengo teléfono, tengo un espejo, que se de lo que se tenga que dar’ y después de 3 años henos aquí”, comentó Angie.

Su emprendimiento dio un paso adelante cuando asistieron a su primer evento, que se realizó en el Parque La Ruina a unos meses de iniciar su negocio en Instagram, mismo que fue un éxito en ventas que las motivó a seguir adelante.

“Escuchamos una convocatoria, yo me preparo, empiezo a checar y veo que van a hacer un evento en noviembre en Mercado Kino y pierdo todo, pierdo miedo, le digo a Angie, ‘la vamos a hacer’, fue un evento en la noche, nosotros teníamos mucho miedo, éramos el único bazar de ropa de segunda mano y le digo a mi hija ‘¿qué hacemos aquí?’ había gente que se veía con mucha experiencia y pensé, ‘Dios mío, no vamos a vender’ y que sorpresa nos da la vida”, relató Lorena Morán, quién estima vendieron aproximadamente 38 mil pesos esa noche.

Ahora, lo que inició con ventas a los amigos de Angie, se convirtió en un comercio que hace envíos a otros sitios de la República, como Guadalajara, Nuevo León y Ciudad de México.

“Antes existía el tabú, a la gente le tenías que disfrazar que te vestías de segunda mano, aún existe, pero poco a poco se ha ido desenvolviendo de una mejor manera”, declaró Angie.

Un negocio que las une

Actualmente, Carmen se dedica a restaurar las prendas, mientras que su hija se encarga del servicio al cliente, y ambas trabajan en el reabastecimiento constante de la tienda 

“Como madre, trabajar con tus hijos es un regalazo, yo no puedo dejarles nada más, ni herencia ni nada, lo que si les voy a dejar es haberles enseñado un oficio, las ventas, al final de cuentas seas ingeniero, seas licenciado, vendes un servicio, el trabajar bajo presión, el hacer un equipo con tus hijos no tiene precio”, describió Carmen. 

Con esfuerzo y dedicación, han logrado construir una comunidad de seguidores fieles, tanto en redes sociales como en su tienda física. En su tercer aniversario, celebraron un evento con un 50 por ciento de descuento al que acudieron alrededor de 300 personas.

Martínez Morán señaló que el reutilizar las prendas, además de ser un negocio para ellas, también es un granito de arena en la conservación del planeta, ya que se da más vida a la ropa y no se genera contaminación por producción.

“Nosotras hacemos nuestra labor de darle doble uso a la ropa, prendas que estaban echas de una forma era transformarlas a otra, nosotras aplicábamos el reutilizar, rehacer, reincorporar, hacer todo lo posible para darle una nueva vida a la prenda, nuestra pequeña labor en un impacto ambiental, si tu puedes hacer algo para que esa prenda ya no vaya a la basura pues hazlo, es el granito de arena que nosotras hemos incorporado y también en nuestros empaques, puesto que son 100% reutilizables”, añadió Angie.