Vecinos de El Guayacán luchan por salir adelante

Este sector de la ciudad es considerado por muchos como una invasión, para otros como una colonia establecida. Lo cierto es que las tierras de este lugar podrían contar historias de superación de las más de 300 familias que ahí habitan.

Sobre unas pequeñas lomas se pueden observar humildes viviendas, que en su mayoría están realizadas con algún material reciclable: cartón, madera, plásticos, lonas e incluso algunas ya con alguna construcción de concreto que tienen una que otra familia en El Guayacán

Este sector de la ciudad es considerado por muchos como una invasión, para otros como una colonia establecida. Lo cierto es que las tierras de este lugar podrían contar historias de superación de las más de 300 familias que desde hace casi 20 años habitan en este asentamiento, y por el cual luchan día a día para sobrevivir y para que sus terrenos se regularicen.

Vecinos de El Guayacán luchan por salir adelante

En si, El Guayacán inició como un 'basurón', en donde se depositaban los desechos orgánicos e inorgánicos que producían las familias hermosillenses en la década de los 90 y parte de los 2000.

Sara Iñiguez Moreno, habitante de la invasión, comentó que en un principio este lugar tomó forma cerca de la calle Reforma Final y después fueron reubicados a los alrededores de la calle Tres y Olivares Final, colindando con las colonias 4 de Marzo y Lomas del Norte.

Ella destacó que la mayoría de las personas se quedaron con la 'fama' de que era un lugar peligroso, pero actualmente, la situación ha cambiado.

“Es como todo empiezas una colonia y desastre hay, de todo hay, pero se fue tranquilizando y ahorita está tranquila, así es sin peligro día y noche, así como la ven, sales a gusto bajan y suben los carros, pero antes si era muy famoso El Guayacán, era muy famoso por el peligro que corrían las personas que venían para acá”, aseguró.

Necesitan servicios

La vecina de esta invasión indicó que poco a poco se esta gestionando la posibilidad de regularizar los terrenos, algo que considera necesario, ya que es un paso para establecer energía eléctrica en la zona. La falta de este servicio los obliga a instalar 'diablitos' y tomar luz de forma ilegal.

Iñiguez Moreno comentó que algunos vecinos de El Guayacán, como ella, cuentan con el servicio de agua potable y drenaje, sin embargo, algunos vecinos que viven más allá de las lomas, batallan con estos servicios básicos e indispensables para una vida prospera.

“Agua si tenemos, pero de aquí para abajo tenemos el drenaje y el agua, pero la gente de más arriba no la tiene y es en donde sube la pipa o nosotros mismos les damos agua con las mangueras, aún sigue faltando el servicio de luz, de agua y drenaje para arriba”, aseguró.

Durante años, los habitantes de esta zona han necesitado del apoyo de la comunidad, por lo que diversas asociaciones se han acercado con ellos para ayudarlos con despensas, ropa o algún tramite, pero resaltó, que es importante que las autoridades estén aún más presentes para atender a la población de este lugar.

Piden respetar a sus calles

A pesar de que poco a poco las familias salen adelante, hay muchos ciudadanos que siguen tomando a El Guayacán como un 'basurón', y ese es uno de los problemas que enfrentan a diario.

Concepción Bedoy Lares, otra vecina de la invasión, comentó que es muy común ver a personas desconocidas en vehículos que llegan a la zona a tirar basura en las calles, esto a pesar de que los habitantes tratan de mantener limpio el lugar.

“Lo siguen tomando como un basurero la gente y les dices y se ponen al tú por tú con uno, solamente les estamos pidiendo que vayan y tiren la basura allá en donde debe de ser, aquí vivimos niños, gente grande, gente mayor y a veces vienen y tiran perros muertos, lo único que queremos es que ya no lo hagan”, detalló.

A pesar de las carencias existentes, las vecinas aseguran que es un lugar tranquilo para vivir, pues ahora cuentan con rondines por parte de la Policía Municipal y suben ambulancias y el cuerpo de bomberos, a diferencia de años atrás.

Vecinos de El Guayacán luchan por salir adelante