Cañada de los Negros: un lugar lleno de historias

Esta colonia de Hermosillo es una de las más representativas, y que en los últimos años se ha transformado, con un origen en la década de los años 30.

Las memorias de la Cañada de los Negros se remontan a una época en donde las carencias eran grandes; pero sus habitantes profesan el amor a uno de los barrios más viejos de Hermosillo, que ha florecido con el paso de los años.

Esteban Ávila Mora, habitante de este conocido barrio, relató que la historia de esta colonia se remonta a la década de los años 30, cuando una familia conformada por varios miembros de piel oscura, procedente de Guerrero, llegó a establecerse en la punta de uno de los dos cerros que se imponen en este lugar.

Cañada de los Negros: un lugar lleno de historias

Esteban Avila no recuerda con exactitud a todos los miembros pero sí a tres de ellos: Agustín, María Lina y Ceferino Noyola, quienes dejaron el barrio para iniciar con sus vidas en otros lados.

“Eran de Guerrero, yo pensé que eran jarochos y se apellidaban Noyola, conocí al último negrito que estaba de taxista ahí en el hotel Montecarlo fue el único que quedó de todos, yo creo que ha de haber sido el más chico de todos porque todos los demás murieron, los padres, tíos, pero si era una familia grande de puros negritos y por eso fue el nombre que se le quedó”, comentó.

Cañada de los Negros: un lugar lleno de historias

Una vida de recuerdos

Don Esteban recordó aquellos años en los que por alguna extraña razón, decidieron cambiarle el nombre a la colonia que fue nombrada por el exgobernador Ignacio Soto Martínez (1949-1955), como colonia Libertad.

Ese nombre nunca cuajó, señaló el vecino de esta colonia, ya que todos siguieron nombrando a este barrio como la Cañada de los Negros.

Uno de los muchos datos curiosos sobre esta colonia, es que en el lugar en donde se encuentra la Iglesia Oratorio del Sagrado Corazón, en la calle Gastón Madrid, era un sitio en donde se hacían bailes, y sobre esa misma vía, en donde hoy en día se encuentra el jardín de niños Alberto Gutiérrez, eran los lavaderos públicos. 

“Ahí en la iglesia era un baile antes, el Club Verde se llamaba y ahí abajo en donde está el kinder aquel, eran los lavaderos públicos porque por ahí había una llave pública y ahí arriba en el puerto había otra llave pública, entonces ya la gente de aquí ya cuando fue creciendo el barrio iban a los lavaderos esos”, detalló.

Cañada de los Negros: un lugar lleno de historias

A pesar del estigma que muchos tienen sobre esta colonia popular de Hermosillo, Esteban Ávila aseguró que ha cambiado mucho, y no hay que temer a entrar, porque es una colonia donde la tranquilidad reina.

Este ciudadano aún recuerda aquellas calles empedradas que ya fueron cubiertas por el asfalto, de las casas humildes que se mantienen en forma de ruinas en los cerros y de aquella familia que llegó buscando una mejor calidad de vida asentándose en un lugar que después llevaría el nombre de la Cañada de los Negros.

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