Hasta 1987, esta colonia fue el centro de la Zona de Tolerancia en Hermosillo
La colonia se hizo famosa a mediados del siglo pasado por ser el centro de la Zona de Tolerancia entre las calles Los Laureles, Las Flores y Del Olmo,.
HERMOSILLO, SON.- Ubicada al noroeste de la ciudad, la colonia Cuartel Zona se divide entre los grandes negocios que la cercan y las ruinas de lo que alguna vez fueran construcciones modernas y que ahora dan cobijo a indigentes bajo sus techos.
La colonia se hizo famosa a mediados del siglo pasado por ser el centro de la Zona de Tolerancia entre las calles Los Laureles, Las Flores y Del Olmo, a cuyos propietarios se les exigió en su momento instalaciones de calidad que fueran funcionales e higiénicas.
Allí se instalaron recintos como El Trancazo, El Tokio, El Patio, El Lucila, El Armidas, Río de Janeiro, La Burrita, El Candilejas, El Berthas, La Rumba, El Ruletero, El Tenampa, Bar Mary’s, El Janitzio, y El París, hasta que en 1987 se clausurara definitivamente la Zona de Tolerancia, lo que provocó el abandono de propietarios y comensales.
Desde entonces, los bares, restaurantes, cantinas y cafés, y otros tugurios se expandieron por toda la ciudad, y las construcciones de la Zona de Tolerancia cayeron bajo su propio peso.
“Yo tengo desde 1994 trabajando aquí”, señaló don Ignacio, quien junto a su esposa atiende una carreta de comida en el sector, “y desde entonces están así abandonados”.
Ahora, la colonia destaca por los grandes negocios que la han cercado, entre gaseras, empresas de construcción, servicios y productos automotrices, bancos, herrerías; además de albergar la Comandancia Norte, y las dependencias municipales de Alumbrado Público, el Centro de Atención Canina y Felina, y la Dirección de Servicios Públicos Municipales, situación que no ha fructificado en una rehabilitación de los lugares abandonados.
“Hay mucho indigente por aquí, pero no le hacen daño a nadie, nada más los usan para dormir”, apuntó Roberto Cruz, vendedor ambulante de comida. “Tengo años trabajando aquí y nunca me ha pasado ningún tipo de altercado con alguno de ellos”.
Sin embargo, al caer la noche y cerrar los negocios, el sector se queda a expensas de los indigentes y maleantes que hacen suya la colonia, y que generan un cúmulo de basura, situación que se ha extendido a algunas casas que han sido invadidas en la colonia.
“Lo que sí es que no le recomendaría a nadie pasar por aquí en la noche, porque no se sabe qué le puedo salir a uno de estos lugares”, advirtió Roberto.