Guadalupe ha luchado y demostrado que merece la tutela de sus nietas pero no lo ha conseguido
Una serie de problemas y conflictos legales son con los que ha lidiado la señora Guadalupe Fierro durante cuatro años al luchar por la tutela de sus tres nietas y hacer solicitudes a la diferentes instituciones correspondientes.
HERMOSILLO, SON.- Una serie de problemas y conflictos legales son con los que ha lidiado la señora Guadalupe Fierro durante cuatro años al luchar por la tutela de sus tres nietas y hacer solicitudes a la diferentes instituciones correspondientes, pero no ha conseguido ser la tutora legal.
La mujer, de sesenta años de edad, comentó que las tres niñas de cinco, siete y ocho años, han estado a su cuidado debido a que sus padres tienen problemas de drogadicción, por lo que Guadalupe supo que ninguno de los dos se encontraba capacitado para cuidar de ellas.
Cabe destacar que ninguno de los padres ha reclamado por las menores, por lo que vio como mejor opción hacerse cargo legalmente de ellas y garantizarles un mejor porvenir.
Sin embargo, Guadalupe no contaba que el proceso iba a ser complejo y tardado, pues a pesar de que ha aprobado una prueba de antidopaje y ha sido evaluada de manera satisfactoria en tres ocasiones por el DIF en su hogar, no ha podido tener la tutela legal de sus nietas.
Guadalupe se desempeñaba en un supermercado como paquetera, pero al sufrir una quemadura de tercer grado alrededor de su rostro, se vio truncado el poder ir a trabajar y desempeñarse en sus labores.
“Ya son varias ocasiones que hemos querido rehabilitar a mi hija pero no ha puesto de su parte, la última vez que la llevamos al Centro de Rehabilitación salió del carro ocasionándose fuertes golpes en la cabeza”, comentó.
A pesar de los esfuerzos por solicitar hacerse cargo de sus nietas, indicó que las instituciones le han puesto muchas barreras, a pesar de demostrar de una u otra manera que los padres no se encuentran física y emocionalmente preparados para cuidarlas.
Destacó que ha levantado una denuncia en contra del padre por abuso sexual a una de las niñas, misma a la que no le dieron seguimiento por no contar con pruebas suficientes para detener al padre.
“La misma niña me contó que la empezó a tocar. La última vez, con lágrimas en sus ojos me confesó que, hasta le puso el miembro en su boca, por lo que inmediatamente levanté una denuncia, pero no fue procesada por falta de pruebas”, dijo.
A pesar de lidiar con la espera y la falta de empatía por parte de las instituciones encargadas al cuidado de menores, Guadalupe ha hecho lo posible por darles cariño y cuidar por sus nietas.