Fátima ganó más vida en su batalla contra el cáncer y ahora tatúa sus cicatrices
La tatuadora Aria Villa decidió regalar 10 tatuajes a mujeres sobrevivientes del cáncer de mama, motivo por el cual Fátima Cuéllar pudo tapar sus cicatrices.
HERMOSILLO, SON.- A los 43 años, gracias a una revisión de rutina, Fátima Cuellar recibió el diagnóstico de cáncer en su seno izquierdo, hoy tiene 57 años cumplidos, no tiene un seno, pero gustosamente puede decir que es una guerrera sobreviviente del cáncer.
Por otro lado, Aria Villa, es tatuadora profesional en Hermosillo, ella tiene su estudio en la colonia Centenario y lo comparte con su esposo.
Es el mes de octubre, e iniciaron las acciones de concientización del cáncer de seno, así como de los trabajos por parte de la sociedad civil para paliar los devastadores efectos en las emociones de quienes lo padecieron y vencieron.
Aria y Fátima, no se conocían pero sus historias se unieron, pues Aria emprendió una misión que consiste en regalar 10 tatuajes para cubrir cicatrices del cáncer como las de Fátima.
El viernes por la mañana, Fátima llegó a las 10:30 horas al estudio donde la esperaba ya el diseño coqueto de una lagartija con rosas que le imprimieron en la piel a color mientras contaba que, por aquellos tiempos de sus 43 años, ella pretendía realizarse una lipectomía y por ende se realizó todos los estudios que le solicitó su médico y aprovechando se realizó la mastografía y papanicolau.
Al ser ella trabajadora de la salud, estaba familiarizada con la interpretación de los resultados, motivo por el cual, se animó a revisar los suyos, solo para darse cuenta que en su seno izquierdo tenía tres “bolitas” del tamaño de un chícharo.
Por lo anterior contó que acudió a un especialista quien le dijo que realizaría los estudios para descartar el cáncer, sin embargo, al ser intervenida, los galenos se percataron de la gravedad de la situación y le dieron la noticia del diagnóstico.
“Al momento de estarme haciendo la biopsia, nomás con el hecho de verle la cara a los médicos te das cuenta y cuando recibes el diagnóstico del cáncer se te viene una catarsis”, señaló.
Fátima recorrió el camino de las quimio y radio terapias, perdió un seno en el trayecto, pero ganó, a decir de ella, ganó más vida y una nueva perspectiva ante las adversidades, ella ya no se pregunta ¿Por qué?, sino ¿para qué?
Fátima, siempre quiso tatuarse, pero nunca tuvo oportunidad de hacerlo por una u otra cosa, ella nunca se imaginó que su tatuaje llegaría de esta manera.
Durante la plática con Fátima, Aria arregla el campo de trabajo, toma todas las medidas de higiene, cree que no la miro pero observo lo meticulosa que es con la limpieza y el orden.
Aria recorta las imágenes que están en un papel del tipo “cebolla”, son varias flores y una lagartija coqueta que parece que trepa la piel.
La tatuadora comienza a platicar que ella y su esposo son altruistas y realizan acciones para devolver un poquito de las bendiciones que han recibido a la sociedad.
“Le diagnosticaron cáncer a mi madrina, le acaban de extirpar un pecho, en parte por eso decidí regalar cinco tatuajes para las sobrevivientes del cáncer, pero lo mejor es que un señor que perdió a su compañera por esta enfermedad regaló cinco tatuajes más, es decir, ahora haré 10”, comentó.
Agrega que desde que lanzó la convocatoria ha recibido casi un centenar de solicitudes y mensajes al respecto y por ello ha platicado y revisado las cicatrices de las mujeres sobrevivientes y dadas de alta que se han acercado a ella.