eMujeres | Elizabeth Araux incorpora la perspectiva de género a su labor académica y de campo
Elizabeth Araux Sánchez, géologa, asegura que fue una labor titánica el poder ingresar al mundo laboral dominado por hombres y demostrar por qué la habían contratado siendo mujer.
HERMOSILLO, SON. - De niña se visualizaba como oceanógrafa con un equipo de buceo en las profundidades del mar. Y aunque estudió Geología con la idea de incorporarse después a la carrera de Geología Marina, la docencia ejercida por más de 30 años, le ha brindado una de sus más grandes satisfacciones profesionales.
Elizabeth Araux Sánchez nació en la Ciudad de México, pero se estableció en Hermosillo de manera definitiva a la edad de 13 años, etapa en la que llegó a Sonora junto con su familia.
Consciente de que cada vez más mujeres se integran a carreras predominantemente masculinas, ha incorporado la perspectiva de género a su labor académica y de campo. Asegura que tanto hombres como mujeres tienen el derecho de prepararse en el área que deseen.
La minería, todo un reto
Tras haber participado en varios proyectos durante su etapa estudiantil, el momento crucial para Elizabeth llegó al término de su carrera al emprender la búsqueda de su primer empleo.
Con título en mano, empezó a indagar opciones. En aquella época la mina Barita de Sonora, ubicada en Mazatán, solicitaba un geólogo. Decidió aplicar para el puesto, pero se topó con una gran sorpresa: ¡no aceptaban mujeres!
“Me atendió el de Recursos Humanos; yo iba con mucha expectativa y temor porque era mi primer trabajo. Llegué y dije: ‘vengo por este anuncio del periódico; yo soy geóloga’ y esta persona me dice: ‘¿pero cómo?, ¿por qué vienes?’; pues porque está anunciado y yo tengo título, yo estudié esta carrera; ‘no, pero no puede ser posible si eres mujer’ y de ahí no lo sacaba; no hubo manera ese día”, recordó.
Regresó al día siguiente y tras ser recibida con el mismo argumento, solicitó hablar con el gerente. Fue contratada en ese momento e inició su traslado a una casa de asistencia para mujeres, pues por parte de la mina el alojamiento estaba adecuado sólo para varones.
“¿Cómo me recibieron los mineros? No voy a decir que fue algo muy agradable, me veían con mucho recelo, y todos me cuestionaban. Llegó un momento en el que yo me sentía como una especie de diccionario ambulante, porque el que sea se sentía con un derecho de levantar una roca y cuestionarme, ‘¿qué es?’, ‘¿y cómo se formó?; y que esto, y que el otro; ¿Y qué minerales?’, una serie de preguntas y preguntas; así estuvimos como dos meses”, señaló.
Desde su punto de vista, tenía que demostrar por qué la habían contratado siendo mujer. Su percepción en ese momento era que para sus compañeros, ella no estaba al mismo nivel y entonces, algo debía tener mejor como para llegar al estándar de igualdad. Por fortuna, los cuestionamientos cesaron y la relación con el resto del equipo se tornó agradable.
La docencia, una experiencia maravillosa
Tras contraer matrimonio decidió regresar a Hermosillo y en el Departamento de Ingeniería Civil y Minas de la Universidad de Sonora es donde encuentra un espacio de tiempo completo para ejercer la docencia.
Para Elizabeth el poder trasmitir conocimientos, sintetizar la información y buscar la manera de que sus estudiantes se interesen y comprendan lo visto en clase, es una experiencia hermosa.
“Cuando yo llegué (a la Unison), era muy jovencita; había estudiantes mucho mayores que yo, y yo era la maestra, entonces, es nueva la información, tú estás al frente de grupo, ¿cómo te vas a comportar?, ¿cómo le vas a hacer?, no te formaron como educadora; mi formación profesional es geóloga y tenía cierta experiencia en ese mundo laboral, pero ahora frente a grupo era otra experiencia. Desde el principio les hablé de usted y hasta la fecha a ningún estudiante lo tuteo”, detalló.
Pabellón minero infantil
Invitada a impartir una charla sobre rocas y minerales en la escuela primaria de su hijo, notó el entusiasmo que niños y niñas tenían por conocer más sobre geología.
“Empecé a sacar rocas volcánicas, un proyectil que tienen la forma de un balón, pues los niños encantados de la vida y la maestra ‘siéntense, cállense, pongan atención, siéntense’ y los niños desesperados con los materiales. Ver las rocas fue fabuloso, pero cuando saqué los minerales, llevaba muestra de grafito, de magnetita y demás, aquello se desbordó”, comentó.
Impartió de nuevo esta charla al año siguiente, y fue entonces cuando decidió formar un taller de mineralogía para niños y encausar su curiosidad en un mayor aprendizaje. Así nació el Pabellón Minero Infantil.
“Pero me di cuenta que trabajar con niños es muy diferente a trabajar con universitarios. Entonces lo que hice fue meter la inquietud a mis estudiantes y les dije ‘¿no les gustaría que hiciéramos un taller? es un proyecto que vale la pena y a ustedes les van a servir para el Culturest’”, comentó.
A través de la Sociedad Mexicana de Cristalografía, llevó el pabellón a la Semana Nacional de Cristalografía en Culiacán. Después, en 2014, este taller de mineralogía también se impartió en Veracruz.
“Fue una actividad de 10 áreas en donde llevamos en recorrido a los niños y les mostramos desde exploración, área de seguridad, la importancia de la seguridad en la minería, los vestimos, les decimos para qué es cada aparato del equipo de protección personal.
“Pasan a ver un video donde se les dice la importancia que tiene la minería en México, la mina subterránea, la mina superficial, los metemos en un túnel, sacan el mineral; con este mineral entran al taller de mineralogía para niños y aprenden los 10 minerales, sus propiedades y después hacemos otras actividades”, relató.
Minería con perspectiva de género
Araux Sánchez destacó que a este pabellón se incorporó la perspectiva de género con la intención de que tanto niños y niñas comprendieran que sin distinción pueden optar por la minería como una actividad profesional.
“Otra área es fábrica de cristales y al final rematamos con equidad de género, unas siluetas de los del sector minero, con lo que son los mineros, los metalurgistas y los geólogos, pero en niño-niña, se ponen y ahí te va la foto. Y es que tanto niño como niña tienen el derecho de estudiar lo que quieran, y la minería no es algo ajeno”, puntualizó.
De acuerdo con la docente, hace falta brindarles más apoyo a las mujeres que trabajan en las minas, sobre todo cuando llegan a la etapa de la maternidad, con el objetivo de que continúen su labor dentro de la industria.
“No se crean eso de que necesitamos la media naranja, no”
HERMOSILLO, SON. - La geóloga considera que en nuestra cultura aún permea el machismo. En muchas ocasiones se ha cuestionado porque la educación de los hijos y el cuidado y bienestar de los hombres, una vez que contraen matrimonio, es visto como una responsabilidad de las mujeres.
“Tuve una experiencia como estudiante en la universidad. Yo de jovencita iba muy arreglada, con falda, tacón; yo caminaba como loca, no agarraba camión, hasta que un día en las escaleras tres compañeros de (Ingeniería) Civil mucho mayores que yo, me cercaron y empezaron a acosar. Al día siguiente agarré mis pantalones de mezclilla, con mis tenis, entonces ¿por qué, pues?”, lamentó.
Su mensaje para las féminas en el marco del Día Internacional de la Mujer, es sobre los grandes retos que se tienen para el futuro.
“Que somos capaces de todo, no nos hace falta nada. Que no se crean eso de que necesitamos la media naranja, no; nosotras nacimos completitas; si viene alguien a tu vida, que venga bien, porque te quiere; pero ese cuento de que quien bien te quiere te hará sufrir, no es verdad”, puntualizó.