Ella dice que no es una súper mamá, pero demuestra todo lo contrario

HERMOSILLO, SON.- A sus 48 años de edad Silvia Urrutia decidió estudiar una licenciatura; después de mucho esfuerzo, ahora ya es egresada de Psicología y está estudiando una maestría, además de trabajar, ser voluntaria en diferentes proyectos y madre de dos hijas.

Durante más de 18 años se dedicó a cuidar de su familia y mantener en orden el hogar, pero ella quería superarse, tener una carrera y dedicarse a lo que a ella le gustaba, por eso cuando sus hijas crecieron lo suficiente aplicó en la universidad.

“Yo sabía que mi marido no me iba a ayudar en la casa, por eso me esperé a que mis hijas estuvieran grandes y que no dependieran tanto de mí para poder hacer la carrera y antes de hacerlo también les pregunté a ellas cómo se sentirían al respecto”, comentó.

Al estar estudiando y ser madre al mismo tiempo, contó que los primeros semestres fueron muy difíciles para ella, pues algunas veces tenía que salir de clases para atender algún asunto familiar, también, al pasar tantos años fuera de las aulas era complicado adaptarse.

“Tuve maestros que me ayudaron mucho durante la carrera, ellos ya sabían que yo era mamá y que estaba pasando por una situación difícil en mi casa, también llegó el momento en el que tuve que elegir entre mis estudios y la casa”, expresó. “Me di cuenta de que no soy súper mamá, soy un ser humano”.

Después comenzó su voluntariado en el Centro de Atención Telefónica de Intervención en Crisis (Catic), lo que ocupaba la mayor parte de su tiempo, aun así se aseguraba de estar con sus hijas y afirma que lograron mantener una buena relación durante esos años.

Silvia es un ejemplo para la comunidad, pues en la actualidad sigue siendo voluntaria en Catic, donde da terapias; en el centro de Unidos por la Niñez Sonorense y miembro de Red Sonora de Apoyo Psicosocial en Crisis, mientras cursa una Maestría en Terapia Familiar Sistémica, continúa trabajando y refuerza sus lazos madre-hijas.