Desmayos, temblores o incluso la muerte, lo que sufren los perros con la pirotecnia
Con la llegada de la venta de pirotecnia por la época navideña, la directora general de la Fundación Pata de Perro llamó a la sociedad a reflexionar sobre el uso de fuegos artificiales en esta temporada.
HERMOSILLO, SON.- Con la llegada de la venta de pirotecnia por la época navideña, la directora general de la Fundación Pata de Perro llamó a la sociedad a reflexionar sobre el uso de fuegos artificiales en esta temporada.
Carolina Araiza, titular de la agrupación, mencionó que muchos animales, específicamente los perros, tienen el oído muchísimo más sensibles que los humanos, pero al ser más cercanos a la especie humana, tienden a sufrir más las consecuencias.
“El llamado es el de todos los años, a tener un poco de consideración, de conciencia, por los animales obviamente que sufren, porque hay animales que definitivamente no toleran el sonido de los juegos pirotécnicos, además el medioambiente se ve comprometido con todas las sustancias tóxicas que desprenden y la contaminación que generan”, dijo.
Estados de pánico, temblores, desmayos, o incluso la muerte, son afectaciones que los perros sufren al escuchar el estruendo de los ‘cuetes’ que durante décadas han formado parte del entretenimiento de familias enteras en fechas decembrinas, mencionó la activista.
“Hay que tener esto en consideración y a los dueños, a los responsables de los animales, se les hace el llamado a resguardarlo lo mejor posible, que no los mantengan en la calle, que los tengan en lugares seguros, que utilicen alternativas para tratar de mitigar el ruido como ponerles música, la televisión, incluso hay quienes les dan aromaterapia”, señaló.
Carolina Araiza agregó que, en casos más extremos, algunos tienen que llevar a sus mascotas a veterinarias para suministrar algún medicamento más fuerte que les ayude a calmar el estado de pánico al que pueden llegar los perros.
Por ello recomendó a las personas que hacen uso de la pirotecnia que lo hagan con la responsabilidad debida y sobre todo considerando a los demás, de manera que puede hacerlo en un terreno alejado de la ciudad.