Brindar un plato de comida a quien lo necesite, esa es la misión de Anselmo
Originario de Chihuahua, Anselmo llegó al poblado Miguel Alemán, donde vio las carencias que sufría la gente, en especial los menores que en ocasiones no tienen algo que comer.
Desde hace 17 años, Anselmo Ayala apoya a quien más lo necesita en el poblado Miguel Alemán, lugar donde abrió varios centros de ayuda.
En su infancia, él fue apoyado por este tipo de instituciones y actualmente opera un comedor, una estancia para migrantes, un sitio para cuidar a personas de la tercera edad y el Centro Guadalupe, lugar donde brindan alimento a menores en situación vulnerable.
Anselmo llegó a la comisaría desde Chihuahua y, al notar la necesidad de las personas, decidió actuar para ayudar.
“Yo llegué a Miguel Alemán desde el Estado de Chihuahua, comencé a trabajar como ayudante de un taller de palo fierro; desde entonces he visto mucha necesidad, sobre todo de niños que muchas ocasiones no tienen ni qué comer”, dijo.
Por eso inició el proyecto de apoyar a personas que no contaban con recursos para solventar el sustento diario.
“Al ver a los niños que muchas veces andan descalzos, que no tienen qué comer y un lugar dónde pasar la noche, no pude evitar que con ello se vea reflejada mi niñez, por lo que me di a la tarea de poder apoyarlos”, dijo.
Anselmo indicó que la labor altruista ha sido uno de sus trabajos más reconfortantes y lo hará todo el tiempo que la vida se lo permita, ya que es la misión que Dios le tiene.
Para operar estos centros, Anselmo recibe apoyo de la comunidad, también por parte del Gobierno estatal, pero la demanda por alimento sigue creciendo conforme más personas necesitan de su apoyo.
Eso no evita que Anselmo siga con su labor.
“Aunque sean frijoles, las personas tendrán algo qué comer”, sentenció.