Esos 68 mil millones de pesos que se está agandallando la 4T...

ESOS 68 mil millones de pesos que se está agandallando la 4T no son sólo números en una hoja de Excel: son miles de mexicanos que se quedarán sin oportunidades, sin apoyos, sin futuro.

SON científicos mexicanos que se quedarán con sus investigaciones a la mitad; son creadores culturales que sin ese apoyo se quedarán sin poder expresarse; son atletas que sin un patrocinador privado difícilmente podrán participar en los Juegos Olímpicos del próximo año; son becarios que no podrán continuar con sus estudios de posgrado y son damnificados de desastres naturales que están siendo dejados a su suerte.

¿Y TODO para qué?

Para que Andrés Manuel López Obrador pueda presumir que su refinería, su tren y su aeropuerto van muy bien.

Lo demás es lo de menos.

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LOS LIDERAZGOS FEMENINOS no son necesariamente liderazgos feministas, pero en estos días en que la voz de las mujeres vuelve a alzarse, vale la pena hacer notar que varias de las principales organizaciones de la sociedad civil están encabezadas por ellas: Edna Jaime en México Evalúa, Valeria Moy en el IMCO, Sofía Ramírez en México, ¿Cómo Vamos?; María Amparo Casar en Mexicanos contra la Corrupción, María Elena Morera en Causa en Común, Haydeé Pérez en Fundar, Lisa Sánchez en México Unido Contra la Delincuencia, Adriana Greaves y Estefanía Medina en Tojil.

¿Qué ocurriría si los perfiles de liderazgo de la clase política fueran un espejo de esta muestra del sector social?

Es pregunta sin cuotas de género.

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VAYA, VAYA, parece que Dante Delgado ya no lleva la voz cantante en Movimiento Ciudadano.

Apenas descartó la alianza con el PAN en Nuevo León, el primero que salió a contradecirlo fue el mismísimo Luis Donaldo Colosio Riojas, que es quien está sonando para vestirse de naranja, azul y blanco.

EL DIPUTADO Colosio dijo que él tiene otros datos y que la decisión aún no está tomada, pues sigue siendo analizada por la dirigencia que encabeza Clemente Castañeda.

Y también del lado de los panistas aseguraron que la cacerola aliancista aún está en la lumbre.

Y como en el beisbol: esto no se acaba hasta que se acaba.

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AL PRESIDENTE ya le dio el síndrome de Vicente Fernández, que en sus conciertos decía: “yo sigo cantando, mientras ustedes sigan aplaudiendo”.

Y López Obrador lo que quiere no son sólo aplausos, sino elogios y fe ciega.

Eso que dijo de que renuncia al cargo si hay una marcha de 100 mil personas en su contra y cae en las encuestas, no suena tanto a un reto… sino a un lamento.