'La barredora' también llegó a Chiapas con Rutilio
"'La barredora' también llegó a Chiapas con Rutilio", escribe Salvador García Soto en #SerpientesyEscaleras
Los tentáculos el grupo criminal "La Barredora", liderado por el secretario de Seguridad de Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, también llegaron hasta el estado de Chiapas aprovechando la cercanía no sólo geográfica del estado limítrofe, sino también la cercanía política y familiar que existía entre el grupo Tabasco.
Y es que, durante el gobierno de Rutilio Escandón, cuñado de Adán Augusto López y esposo de la fallecida Rosalinda López, Chiapas se convirtió en el paraíso de los grupos criminales y del narcotráfico, que aprovecharon la debilidad y complacencia del mandatario morenista que permitió que los cárteles de la droga se asentaran y disputaran el territorio chiapaneco, llevando al estado a niveles de violencia, descontrol e ingobernabilidad nunca antes vistos en la historia del estado del sureste.
La presencia activa de "La Barredora" en Chiapas, según denunció ayer el exgobernador interino de ese estado, Willy Ochoa, comenzó desde 2019, justo el año en el que Bermúdez Requena fue designado como secretario de Seguridad de Tabasco por el entonces gobernador Adán Augusto. "El crimen organizado no entra solo. Entra cuando hay omisión, complicidad o cobardía desde el poder, y eso fue lo que ocurrió durante el gobierno de Escandón Cárdenas", sostuvo el priista que gobernó Chiapas de manera interina en sustitución de Manuel Velasco.
Durante el gobierno de Rutilio, quien hoy es el flamante cónsul de México en Miami, Chiapas sufrió un incremento de la inseguridad y la violencia, en buena parte generada por la presencia del crimen organizado que se apoderó de varias regiones del estado. Delitos como el homicidio doloso, el feminicidio, los accidentes y delitos de alto impacto crecieron considerablemente.
Los asesinatos violentos, por ejemplo, sostuvieron una tendencia creciente, alcanzando un total de 3,747 personas y pasando de 561 homicidios denunciados en 2018, a 662 en 2024, que fue el último año de la administración del morenista Escandón. Mientras tanto los feminicidios también provocaron alarma entre la población, llegando a 180 mujeres asesinadas en todo el sexenio, sobre todo en la zona de la costa, donde se cometieron 40% de los feminicidios. La cifra "negra" de delitos no denunciados se estimó en 96.6% y la percepción de inseguridad de los chiapanecos, durante esa administración, según la encuesta de violencia del Inegi, llegó hasta 77%, siendo una de las más altas a nivel nacional.
La presencia de “La Barredora” fue parte de ese fenómeno. Los municipios limítrofes de Chiapas con Tabasco se convirtieron también en zona de operación del grupo criminal de Requena, con delitos como la extorsión, huachicol, tráfico de drogas y de personas. "Mientras el gobierno de Rutilio Escandón se llenaba la boca hablando de paz y transformación, 'La Barredora' cruzaba nuestras fronteras, operando en municipios del norte y el oriente del estado con total impunidad", sostiene Willy Ochoa, quien apunta que la expansión del grupo criminal tabasqueño no fue ajena ni desconocida por las autoridades estatales.
Y es que de la mano de Rutilio Escandón y sus vínculos familiares con el grupo Tabasco, llegaron al estado varios funcionarios provenientes del estado vecino que ocuparon posiciones importantes en la administración del morenista. Tabasqueños como Ángel Noguera Zurita, ocupa desde el sexenio pasado y aún continúa como director general Aeroportuario; o Ángel Torres Culebro, quien fue secretario de Infraestructura del gobierno de Rutilio y luego fue postulado como candidato de Morena a alcalde de Tuxtla Gutiérrez, cargo que desempeña actualmente. También está el caso del actual senador por Chiapas, el tabasqueño José Manuel Cruz, quien fue secretario de Salud el sexenio pasado.
Varios de esos políticos originarios de Tabasco, pero con posiciones en Chiapas son cercanos a la familia López Hernández y de la mano de Rutilio consolidaron la presencia e influencia del Grupo Tabasco en la entidad chiapaneca. Según el exgobernador Ochoa, las redes políticas creadas en el sexenio de Escandón fueron parte de las complicidades y colusiones que permitieron el crecimiento del crimen organizado en prácticamente todo el estado, con la presencia de cárteles nacionales como el de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación, que pasaron de ver a Chiapas como ruta de tránsito, a convertirlo en un territorio de control y disputa, por ser la puerta de entrada de las drogas y precursores químicos provenientes de Guatemala y que se utilizan en la fabricación de drogas sintéticas como el fentanilo.
Así que mientras siguen surgiendo evidencias y pruebas, cada vez más contundentes, de que las operaciones delictivas del llamado "Comandante H" no fueron para nada ajenas a los dos gobernadores de Tabasco para los que trabajó, Adán Augusto López quien lo contrata y lo tiene en el cargo durante dos años de su mandato, y Carlos Merino Campos, gobernador sustituto que mantuvo al líder de “La Barredora” como titular de Seguridad por los tres años que ocupó la gubernatura, ahora también se denuncia la presencia del grupo criminal de Bermúdez Requena en Chiapas, y hasta en los negocios y la corrupción de venta de huachicol para las obras del Tren Maya, como lo documentó ayer el reportaje de Mexicanos contra la Corrupción.
Y todavía hay quien tiene el cinismo de decir que quiere pruebas de la corrupción y colusión de los mandatarios morenistas con el grupo criminal que asoló no sólo a los tabasqueños, sino que sus tentáculos se extendieron a buena parte del sureste. Los dados repitieron Serpiente. Volvemos a descender.