La CDMX, ¿territorio del CJNJ?

La presencia y tentáculos del Cártel Jalisco Nueva Generación han hecho de la Ciudad de México uno más de sus territorios y, desplazando a otras organizaciones, han llegado casi a apropiarse del narcomenudeo y a realizar aquí operaciones que van desde trasiego de drogas, lavado de dinero y hasta el contacto con grupos internacionales como el que representaban los dos israelíes asesinados el 24 de julio en Plaza Artz, con quienes los narcotraficantes mexicanos tenían tratos relacionados con la venta de drogas y de armas.

El viernes pasado, casi mes y medio después del ataque, Policías Ministeriales de la Procuraduría de Justicia capitalina detuvieron en Guadalajara a Mauricio Hiram, alias Mawicho, que fue el segundo que disparó contra los israelíes Azulay Alón y Ben Sutji, y que logró escapar, a diferencia de su compañera sicaria Esperanza que fue detenida.

Lo primero que llama la atención en la captura del Mawicho, a quien los ministeriales siguieron la pista con la ayuda del Centro Nacional de Inteligencia (CNI o antiguo Cisen), es que hayan tenido que ser los policías de la CDMX y no los agentes federales de la Fiscalía General de la República, quienes detuvieran al sicario.

De acuerdo con fuentes federales, en la investigación se documentó que desde el 20 de julio, una célula del CJNG se trasladó de Guadalajara a la CDMX, bajo las órdenes de Mauricio Hiram Suárez Álvarez, quienes se reunieron con otra célula del CJNG establecida en CDMX en una casa de seguridad en la colonia Jardín Balbuena, donde planearon la agresión de los dos israelíes a quienes tenían órdenes directas de eliminar de Nemesio Oseguera El Mencho, líder del cártel.

Los sicarios sabían que Sutji y Alón, con quienes el CJNG tenía tratos y “negocios”, se reunirían en un restaurante con una mujer “güera” y sólo esperaron cuatro días para tener la confirmación del lugar, fecha y hora.

Una vez confirmado el lugar donde se suscitaría la reunión, las células del CJNG se trasladaron en al menos 3 vehículos en caravana.

Mauricio Hiram junto con Esperanza, una mujer de su organización, tomaron una mesa al interior del restaurante después de las 3 de la tarde y ahí esperaron la confirmación de la presencia de sus víctimas, así como sus características físicas y de vestimenta.

Una vez con esta información las ubicaron y esperaron la distracción planeada, la cual consistió en realizar varias detonaciones de armas largas al exterior de la plaza comercial.

A las 5:20 exactamente Hiram y Esperanza se levantaron de su mesa y se dirigieron a la terraza donde se encontraban sentados sus víctimas en compañía de una mujer de cabello rubio, detonando en varias ocasiones sus armas en contra de los dos israelíes.

Fue a solicitud de la Procuraduría Capitalina que el CNI, que encabeza el general Audomaro Martínez, siguió la pista de Mauricio Hiram, a quien se ubicó en Guadalajara. 

La pregunta es por qué el CNI no dio la misma información a la FGR para que realizara la detención ¿o sí se la dio y a la Fiscalía ya no le interesa detener a narcotraficantes y asesinos a los que ahora el presidente sólo les pide, casi les suplica, que “se porten bien y piensen en sus mamacitas, para no hacer daño a la sociedad”? 

Es pregunta.

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