En tiempos de pandemia, doble golpe a la ciencia
En tiempos de pandemia, doble golpe a la ciencia, escribe Salvador García Soto en #SerpientesYEscaleras
En momentos en que el país enfrenta una pandemia mundial y a contracorriente de otras naciones que invierten más en esta coyuntura en la investigación científica para enfrentar el impacto del coronavirus, el gobierno de México está recortando los recursos a todas las instituciones dedicadas a la investigación científica, al aplicarles las mismas medidas de austeridad obligatoria que a otras dependencias burocráticas, como la reducción del 50% de todos sus recursos y la extinción por decreto de los fideicomisos públicos que financiaban también a instituciones científicas.
Con este doble golpe, decenas de proyectos y protocolos de investigación tendrán que ser reducidos, pospuestos o de plano cancelados, ante la drástica reducción de recursos que sufrirán las de por sí reducidas instituciones científicas en el gobierno de López Obrador.
Un ejemplo de esta severa disminución presupuestal es lo que ocurre en el Cinvestav, uno de los centros de investigación científica y tecnológica más importantes del país, y cuyo director, José Mustre de León, reconoce que ambas medidas “impactarán en forma severa la actividad institucional en lo que resta del ejercicio 2020”.
En un oficio que dirigió a los investigadores del centro científico, adscrito a la SEP, el director Mustre de León les narra la forma en que, primero les afectó, el decreto publicado el 2 de abril en el Diario Oficial de la Federación, que junto con otros casi 300 fideicomisos, ordenaba extinguir el “Fondo de Investigación Científica y de Desarrollo Tecnológico del Cinvestav”, que a la fecha tenía un saldo de 74 millones de pesos.
Ante la petición directa que recibió el 3 de abril de la Presidencia de la República para que iniciaran la desaparición del fondo y entregaran esos recursos, el director pidió a la Dirección General de Presupuesto de la SEP que se pidiera una excepción al decreto presidencial, por tratarse de un fondo de investigación científica que tenía proyectos y convenios firmados.
Para tratar de salvar esos recursos del Cinvestav y mantener sus proyectos, el director comenta que se tuvieron que elaborar una serie de escritos y explicaciones detalladas de las “prioridades de financiamiento”.
Con base en eso, dice José Mustre, el 8 de abril, la Subsecretaría de Educación Superior comunicó al Cinvestav que se había finalizado la solicitud para su envío a la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda y que en ella quedaban comprometidos 58.1 mdp en proyectos prioritarios y quedarían a disposición de SHCP 15.8 mdp.
Adicional a todo eso le pidieron enviar después una “justificación jurídica y no solo académica y presupuestal”, a petición de la Unidad de Asuntos Jurídicos de la SEP, la cual ya fue enviada, y ahora tiene que esperar la resolución de Hacienda.
Pero cuando aún no saben si la Oficialía Mayor de Hacienda les respetará al menos los 58.1 millones de su fondo, en el mismo oficio Mustre de León informa a los investigadores que también el 8 de abril la Secretaría de la Función Pública les ordenó reducir en 50% sus gastos de operación y servicios y les pidió cancelar pagos por conceptos no contratados. “La SEP nos ha indicado que debemos acatar esta medida”.
Así que, aunque se entiende la austeridad y los recortes necesarios para destinar recursos a la atención urgente de la pandemia por Covid, lo que no se entiende es que a organismos e instituciones dedicadas a la investigación científica y tecnológica, que deberían ser indispensables en momentos en los que el país debe desarrollar soluciones científicas y técnicas para una emergencia sanitaria, se les dé el mismo trato que a otras áreas burocráticas del gobierno.
¿Cómo aspirar a desarrollar una vacuna para el coronavirus o a fabricar nuestras propias tecnologías médicas para la
emergencia, si se está golpeando a las ya maltrechas y recortadas instituciones científicas?