La epifanía de Solalinde
"La epifanía de Solalinde", escribe Carlos Marín en #ElAsaltoalaRazón
Alejandro Solalinde, otrora defensor de migrantes y ahora ufano de su conversión en virtual capellán de Palacio, experimentó una epifanía:
“Lo que piensa el presidente Andrés Manuel es como pensaba Jesús…”.
Entrevistado por Azucena Uresti, aventuró esta argucia:
“Hoy (lunes 27 de junio) lo dijo el Presidente en la mañanera: el que esté libre de pecado que tire la primera piedra…”.
Solalinde no se da por descalificado como lo fue el resto de sus camaradas religiosos que para el Presidente están “apergollados por la oligarquía mexicana” por poner en entredicho su política de seguridad.
“La estrategia del Presidente no es fallida, es la correcta”, dijo.
“Es un camino más largo, pero ahí no se nos va a perder nada”, comentó seguro de que “el Presidente está muy claro, muy claro en eso: no es la violencia con más violencia como se va a solucionar esto…”.
Su nueva fe le hace abandonar el drama de los migrantes a quienes antes auxiliaba en su viacrucis por el territorio mexicano porque los de hoy, asegura, de lo que se trata es dañar al gobierno de López Obrador.
Dotado de un psico-privilegio providencial, afirma:
“Sé cómo es su pensamiento”.
¿Cómo lo sabe?
Porque “hemos platicado muchas veces…”.
Sin embargo, por más iluminado que esté, comete la salvajada de interpretar así a López Obrador:
“Trata de buscar la justicia para la mayoría sin fastidiar a los victimarios…”.
Ese lunes, con referencias bíblicas, el Presidente lo había nutrido con repetidos indicios para que el cura lo viera como a Jesús encarnado:
“Sólo los conservadores piensan que pueden resolver los problemas con la ley del talión, con el ojo por ojo y el diente por diente, para que nos quedemos tuertos todos o chimuelos todos (…). No hacer juicios sumarios, siempre va a haber inconformidades, no vivimos en una sociedad perfecta, no se tiene todavía un gobierno completamente honesto, hace falta seguir limpiando y purificando la vida pública, es un proceso, y el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra, porque en estos casos los que critican muchas veces no tienen autoridad moral y, como son muy hipócritas, piensan que pueden estar viendo la viga en el ojo ajeno, la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio (…). El conservador es muy egoísta, no le tiene amor al pueblo, aunque vaya a la iglesia todos los domingos, se olvidan de los mandamientos, se olvidan de las enseñanzas y de la obra de Jesús Cristo, no practican el amor al prójimo…”.
¿El cotidiano “púlpito” del salón Tesorería lo imagina Solalinde como algún paraje de Galilea donde Jesús predicaba?
Hace dos años (30 de marzo de 2020), en Tragaluz de Milenio tv, el oportunista sacerdote no tuvo empacho en decir que AMLO “es un hombre honesto y santo, lo santificó su acción; es un pastor laico que siempre está con su pueblo. López Obrador es amor”.
Y en diciembre del año pasado, en un propagandístico carrusel por distintos medios, propaló que el Presidente de México “tiene rasgos muy importantes de santidad…”.
Aleluya, Aleluya.