Placa para ensuciar el Senado

"Placa para ensuciar el Senado", Escribe Carlos Marín en #ElAsaltoALaRazón

La egolatría y el autoculto a la personalidad que afecta al presidente López Obrador son contagiosos: Ricardo Velázquez Meza, senador de Morena, impulsa la colocación de una placa con la lista de quienes describe como “esos hombres y mujeres que han luchado por este país” y, generoso con sus pares de la oposición (cuyos integrantes fueron demonizados por la 4t como “traidores a la patria”), propone se inmortalicen en bronce los 128 integrantes del actual periodo legislativo.

Aunque parece chiste, la propuesta es tan seria que fue publicada en la Gaceta Parlamentaria. Del texto se desprende que su autor cree de veras la tontería que propone.

El punto de acuerdo de Morena exhorta a la Mesa Directiva a consentir el autohalago de quienes “integramos esta Cámara Alta” porque “somos pueblo, somos ciudadanos que venimos a representar a las comunidades y regiones de cada uno de nuestros estados y que aunque a veces puede haber divergencia en los ideales, un interés en común nos une, que le vaya bien a México…”.

Según él, también se trata de rendir homenaje a “aquellos que hoy ya no están con nosotros, pero su legado aún continúa y es una manera de escribir la historia legislativa”.

Como si todo el vigente sistema legal de la República se debiera al trabajo de los actuales senadores, el vivillo arguye (con derroche de estulticia y mamona solemnidad) que “se destine un espacio en el Senado de la República en el que se inscriba una placa con el nombre de las y los senadores integrantes de cada legislatura (será de cada bancada porque la legislatura es una sola: la 65), como reconocimiento histórico a la promulgación de leyes de México”.

En sus consideraciones, Velázquez se remonta… ¡a la época prehispánica!:

“Las primeras formas de representación institucional se daban de carácter colectivo y la clara evidencia de ello la tenemos en Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopac, ya que para esa apoca ya (sic) contaban con un gobierno por representación de cada uno de los señoríos vinculados y reunidos en una asamblea denominada Tlahtocanechicolli…”.

Y para ver su nombre en la placa se vale de los antecedentes del Senado remitiéndose a “las Cortes de Cádiz, que culminarían en la Constitución…”.

El narcisista se desnuda:

“Para mí es importante hacer referencia que los poderes Legislativo y Ejecutivo somos elegidos por el pueblo y trabajamos para ellos (sic). Sin embargo, a lo largo del tiempo se han vivido cambios culturales estructurales y coyunturales que sólo pueden ser posibles gracias a la promulgación y renovación leyes. Por una parte, hemos visto cómo México ha consagrado el respeto a la vida, a la dignidad humana, todos y cada uno de ellos plasmados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Por ello, considero importante reconocer a las y los legisladores que han hecho historia y han contribuido a forjar el México que hoy conocemos, aunque claro, nos falta mucho por avanzar”.

Sobre todo a él…