Sólo le pedía a Dios que me ayudara, quería ver a mis hijos: Mauri
Fue despedido con fuertes aplausos y una gran emoción del hospital donde permaneció ocho meses y donde estuvo a punto de morir tres veces.
MIAMI, EU.- Fue despedido con fuertes aplausos y una gran emoción del hospital donde permaneció ocho meses y donde estuvo a punto de morir tres veces. Pero los aplausos hoy más que nunca, no eran por su fama.
Se despidió como un verdadero campeón y en verdad lo es. Toño Mauri, volvió a nacer en un "parto" de vida que no lo dejaba ir. Una traqueotomía, ocho meses hospitalizado en terapia intensiva y dos pulmones trasplantados son parte de su historia.
"Cada día, cada noche, -de los que estuvo consciente- llegue a pensar que era mi último día. Porque estás solo, estas en un lugar viendo como la gente pasa; los doctores, los enfermeros y te das cuenta dónde estás", platicó Toño a 24 periodistas reunidos a través de zoom; representantes de diversos medios nacionales.
En distintos momentos se le quebró la voz y las lágrimas afloraron, como en este: "sólo le pedía a Dios que me ayudara, quería ver a mis hijos una vez más y entonces, se lo pedí con mucho amor, con mucho cariño y sé que me escuchó porque él tiene algo para mí que quiere que haga y creo que va relacionado a estos testimonios".
El doble trasplante de pulmón se lo hicieron hace nueve semanas, salió del quirófano y poco a poco fue volviendo en sí y de alguna manera actualizándose de todo lo que sigue sucediendo alrededor de este terrible mal.
"Me da mucha tristeza ver a la gente que no se cuida, que no se pone un tapabocas, que no tiene las medidas más elementales que lavarse las manos, que tomar distancia y quiero decirles que eso es lo que más me dolió; porque pensar en lo que mi familia sentía, pensar que tú debes estar causando una tristeza tan grande. Quizás era lo que más me dolía de todo", expresó.
Las etapas de su calvario
Toño Mauri paso por varias etapas: La primera en el Sinai Hospital, en Miami, Florida. El tratamiento que le dieron fue el de enfrentar al virus y tratar de que se fuera recuperando, pero el coronavirus no lo dejaba y por el contrario iba empeorando.
En su familia se habían enfermado todos, su esposa Karla y sus hijos, pero ellos ya se habían recuperado a esas alturas de su enfermedad. Sólo él estaba librando la batalla de esta pandemia, la muerte acechaba con todas sus fuerzas.
En el Sinai Hospital informaron a su esposa que no había mucho que hacer. A partir de ese momento, Karla se puso a averiguar cuál podría ser el siguiente paso y como si el mar de la muerte se abriera, encontró el Hospital Shands en Gainesville, Florida a donde trasladaron a Toño con la esperanza de un doble trasplante de pulmón.
"Entre a una lista para esperar esta donación y estando en el hospital, más o menos dos semanas, surgió la oportunidad, porque por mi gravedad, obviamente, tomé espacios que me dieron para poder estar en esa etapa de supervivencia", relata Toño Mauri con cierta dificultad al hablar, ya que la herida de la traqueotomía aún no termina de cerrar.
"Las manos de los doctores hicieron un gran trabajo y es como puedo estar hoy aquí; con un cambio de vida, es un cambio de hábitos, es un cambio de rutina, pero es un cambio que espero me dé la oportunidad de que mucha gente tome consciencia".
El día que volvió a nacer
El 14 de febrero, un día que sin duda todos sus familiares y amigos y todo el amor que le profesan sus seres queridos, lo llenaron de energía, en medio de esa delgadez de apenas 49 kilos causada por la enfermedad y ese andar lento y sin muchas fuerzas; pero seguramente, un gran ánimo y una especial emoción de volver a casa con los suyos, a quienes muchas veces creyó que no volvería a ver.
Toño pensaba que el día que llegó al hospital en junio del 2020, sería una visita de rutina, de entrada por salida; no fue así.
"Yo creí que iba a estar dos o tres días y ya me iba a ir", confesó.
Este miércoles de ceniza, otro día significativo, convocó a la prensa para comentar sobre su experiencia con el Sars Cov2, con la muerte y con la vida otra vez, esa que asegura no desperdiciar.