Vocación a la luz de la cuarentena
El autor es estudiante de comunicación, productor de noticias y contenido en redes sociales.
En estos días de resguardo ante la contingencia sanitaria por el coronavirus, nos hemos percatado de que aquella vida de rutina que llevábamos en verdad era interesante. Levantarse temprano, alistarse, viajar en transporte, ir (físicamente) a la escuela y convivir con cuantas personas se te atravesaran, eso y más es lo que extrañamos en este momento.
Estos sentimientos han aflorado, así como esas acciones y actitudes que no suelen ser de nuestro agrado y es que esta cuarentena ha servido para conocer a las personas desde una perspectiva distinta, desde un enfoque distinto, podemos ver a nuestros papás todos los días y ver cómo actúan ante tal acción, a nuestros amigos sin salir a fiestas y a profesores que se han aplicado y otros que han brillado por su ausencia.
Y es que, en esta nueva modalidad, la de encontrarnos en casa “llevando” nuestras clases, las y los estudiantes de todo el país nos enfrentamos a una realidad poco comentada y debatida, es la falta de vocación y empatía en algunos docentes. No se comunican o se comunican poco, la clase se reduce a la entrega de resúmenes y si bien te va hay retroalimentación.
Lo curioso de ello es que en reiteradas ocasiones dichos catedráticos evalúan como si sus métodos de enseñanza fueran los óptimos, digo, si de entrada tienen como respaldo un sindicato que no exige calidad en sus afiliados ni resultados, ni empatía, no podríamos esperar mayores resultados. Reflexionemos sobre ello.
Este tema trae a mi recuerdo una maestra del sur del país, ella, que da clases en una zona mayoritariamente habitada por personas de niveles socioeconómicos bajos, donde las clases fueron suspendidas y el contacto a través de plataformas digitales es impensable, tuvo la asombrosa idea de hacer paquetes escolares donde en una bolsa ponía las tareas y material para que sus alumnos continuaran con el curso, ¿qué les digo? Esa es vocación y amor por tu trabajo, ponerle empeño y todas las ganas para que, a pesar de la condición, el resultado sea lo más cercano al ideal.
Así como el ejemplo anterior, no podría dejar de lado a aquellos docentes de nuestro estado que han sacado la casta y se han incorporado a la nueva manera de enseñar, estos profesores y profesoras que día a día nos mantienen atentos con sus clases, con las sesiones virtuales y los trabajos digitales, desafortunadamente es de quien menos se habla, pero será de quienes mejor nos acordemos. Mi reconocimiento, admiración y afecto para todas ellas y ellos, continuemos así.
Estoy convencido que este tiempo nos será de gran ayuda y nos forjará para ser una mejor sociedad, sólo te pido #QuédateEnCasa.
Estudiante de comunicación, productor de noticias y contenido en redes sociales.
@ElVíctorCuevas