Uno mismo vuelve natural al cambio
El autor es licenciado en Comunicación y Medios Digitales
Las decisiones tienen impactos positivos o negativos en la vida de las personas. Si un día te sientes con suerte, compras el boleto de algún sorteo y podrías convertirte en millonario. Por otro lado, si un día decides no revisar alguna falla de tu carro, podría costarte la vida.
La madurez es fundamental en este proceso. Durante la etapa escolar, las personas se inclinan hacia algún ámbito en particular de la vida, puede ser la medicina, la contaduría o alguna ingeniería, pero, a fin de cuentas, es una decisión personal.
En mi caso, yo decidí en primera instancia estudiar una ingeniería, en la cual tenía resultados positivos, pero sentía que era un aprendizaje sin crecimiento. No disfrutaba de las clases, de las prácticas de campo, simplemente no me dejó un buen sabor de boca esa experiencia.
Así como decidí entrar, decidí salir y empezar desde cero en otra carrera, con otras personas, en un ámbito totalmente diferente, pero con un sentimiento interno que me indicaba que había hecho lo correcto.
Es difícil, sientes que perdiste el tiempo, que todo lo que aprendiste no tendrá ninguna utilidad, pero no es así. Conociste personas, descubriste temas únicos de un área en específico y, sobre todo, aprendiste que las puertas fueron fabricadas para abrirse, pero también para cerrarse.
Perder el miedo es fundamental para alcanzar el éxito. Tomar decisiones es sinónimo de crecimiento personal y reflejo de seguridad. Actualmente, disfruto lo que hago y sigo aprendiendo cada día en el área profesional para desarrollar mis capacidades, pero también convertirme en mejor persona.
El autor es licenciado en Comunicación y Medios Digitales