Un foquito rojo arreglaría todo…
El autor es escritor, networker y conferencista en SB3.
Desde el fin de semana, el carro me marcaba un cuartito de gasolina, pero dije "Si aguanta para el lunes". El lunes salí tarde a la oficina y dije "Sí aguanta para la tarde". Cuando salí del trabajo estaba haciendo mucho calor, y he escuchado que no es recomendable echar gasolina así porque se evapora y no sé qué, pero que te terminan echando menos.
Entonces dije "Si aguanta para mañana en la mañana". Al día siguiente en la mañana, prendí el carro, pero el carro no fue lo único que prendió, ¡se prendió el foquito rojo de la gasolina! Fue en
ese momento cuando dije "Sí o sí tengo que echar gasolina".
Sé que a ti nunca te ha pasado (guiño-guiño), pero sé que sí conoces personas a quienes les ha pasado algo así. Y, si te pones a pensar, es curioso: Yo sabía que quedaba poca gasolina, pero no
fue suficiente, así que les daba prioridad a otras cosas, de todas maneras "aún aguantaba".
Pero en cuanto se prendió el foquito, me hizo accionar. Y esa situación me puso a pensar que no es muy diferente al actuar de muchas personas, incluido tu servidor, en diversas áreas de la vida: salud, trabajo, familia, problemas, en fin. ¿Cuándo decides cuidarte: cuando te sientes bien para prevenir, o cuando te sientes mal? ¿Cuándo sacas los pendientes en tu trabajo: al momento en que llegan o cuando se acumulan y urgen? ¿Cuándo vas al doctor, cuando empiezan los síntomas, o cuando ya no aguantas?
Metafóricamente, todas las áreas de nuestra vida tienen foquitos o indicadores que nos dicen lo que debemos hacer y cuándo tenemos que hacerlo. Pero esos indicadores, al igual que el nivel de gasolina bajo, generalmente los ignoramos. No es hasta que hay un indicador muy fuerte, como el foquito de la gasolina, que decidimos tomar acción.
Desgraciadamente esos foquitos son metafóricos. Y digo desgraciadamente porque si de verdad tuviéramos foquitos indicadores, sería más fácil tomar acción. Lástima que no nos damos cuenta porque sólo tenemos indicadores como: problemas de salud, de dinero, en las relaciones, en el trabajo, etc., y que sólo afectan física, económica y emocionalmente. ¡Cuánta diferencia haría un foquito!
Una de mis frases bandera es que "la consciencia de lo inevitable hace que muchas consecuencias sean evitables", y se refiere precisamente a esto. Si fuéramos conscientes de todo el daño que nos estamos haciendo al no tomar acción, al postergar, al dejar que lleguen las cosas al límite, ¡haríamos algo al respecto!
Pero como independientemente de que lo sepamos, no somos conscientes, tarde que temprano pasará lo inevitable. Cierro diciendo que, aunque un foquito rojo lo arreglaría todo porque lo
podríamos ver, los indicadores que sí tenemos los podemos ver, escuchar y sentir. ¡No dejes que se te prenda el foco rojo en tu vida! ¡Mejor haz que se te prenda el foco y crea consciencia!
El autor es escritor, networker y conferencista en SB3.
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