Suspensión definitiva del acuerdo que limitaba las energías limpias
El autor es Ingeniero Bioquímico con especialidad en Ciencias Marinas Alimentarias por el Tec de Monterrey.
La agrupación ecologista Greenpeace logró la suspensión definitiva del acuerdo promulgado por la Secretaría de Energía (Sener) que limitaba la participación de energías limpias en el contexto de generación de energía en el país.
Tomando como bandera el caso Tula, en donde la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) declaró como inhabitable a la zona cercana a la termoeléctrica de Tula debido los altos índices de contaminación en el agua y el aire generados por la termoeléctrica.
Además de que las emisiones contaminantes que produce llegan a la Ciudad de Me´xico, al Estado de México, Puebla, Morelos, Querétaro y Tlaxcala.
La principal razón de los altos índices de contaminación que genera la termoeléctrica de Tula es porque funciona con 80% de combustóleo, un derivado del petróleo altamente contaminante, el cual cientos de países e industrias han prohibido.
Lo más que más preocupa es que en plena crisis de salud, el Gobierno federal está buscando quemar más combustóleo.
Eso significa más gases nocivos al ambiente, más enfermedades respiratorias, más cáncer, menos agua potable y el aceleramiento del cambio climático. Sin considerar tampoco los compromisos internacionales adquiridos para contrarrestar la crisis climática.
La única forma de disminuir el impacto ambiental de producir electricidad es hacerlo con energías limpias, no hay de otra.
Si se piensa que producir energía mediante fuentes renovables es más caro, entonces lean esto.
Según la CFE (COPAR 2015), producir 1 Megawatt por hora con combustóleo cuesta 3,141 pesos por Mwh, mientras que la misma cantidad de electricidad a partir de fuentes renovables cuesta 1,440 pesos por megawatt por hora.
Solo piensen ¿dónde viviremos, qué agua beberemos y de dónde saldrán nuestros alimentos si seguimos convirtiendo nuestras ciudades en espacios inhabitables?
Con este acuerdo, Sener buscaba fomentar la quema de combustibles fósiles para producir energía como sucede en Tula.
El amparo que presentó Greenpeace para defender el derecho a un medio ambiente sano fue aceptado por los tribunales y con esto, Sener se obliga a aceptar la energía limpia.
Si transitamos a energías verdes, México podrá crear muchos más empleos dignos para la sociedad.
Es urgente que el gobierno federal impulse las energías verdaderamente limpias: sin corrupción, sin contratos “bajo el agua”, sin violación de los derechos de las comunidades y con apego a las leyes mexicanas que protegen el bienestar de todos.
El autor es Ingeniero Bioquímico con especialidad en Ciencias Marinas Alimentarias por el Tec de Monterrey.
gmontanop@yahoo.com