Repercusiones laborales del T-MEC en México y Sonora
El autor es abogado litigante.
(PRIMERA DE 2 PARTES)
Como es de su conocimiento, en fecha del 29 de junio nuestro país firmó el nuevo tratado comercial con Estados Unidos y Canadá, denominado T-MEC, mismo que viene a sustituir al anterior acuerdo comercial (TLC).
La entrada en vigor de este tratado trae consigo cambios sumamente trascendentes en materia laboral; tales como: Libertad de asociación sindical, libertad de negociación colectiva, mejoramiento de justicia laboral e incremento de salarios.
A continuación se abordan muy someramente algunos de estos rubros.
A manera de antecedente le comento que irónicamente, estas transformaciones en mucho se deben a exigencias del presidente norteamericano Donald Trump; sí, el mismo que en múltiples ocasiones se refiere con desprecio a nuestros connacionales.
Su base electoral la conforma predominantemente el sector obrero de su país, una de sus promesas de campaña en el año 2016, era precisamente mejorar la calidad de vida de los obreros estadounidenses, la cual tuvo un menoscabo significativo a partir de la entrada en vigor del TLC.
Así es como de la mano de su ya famosa frase: “Make America Great Again” y contando con un fuerte apoyo del sector obrero, ganó la presidencia de su país en el año 2016.
Y efectivamente, a pesar de la conducta tan errática del señor Trump, es indudable que mejoró enormemente la calidad del empleo y creación de nuevas fuentes de trabajo en Estados Unidos…
Hasta que llegó el Covid-19 con sus devastadores efectos en todos los campos de la economía.
A partir de la entrada del TLC en Estados Unidos, los obreros de ese país entraron en una espiral de pérdida de su calidad de vida y falta de empleos bien remunerados, ya que gran parte de la industria americana optó por mudar sus plantas a otros países, aprovechando obra de mano mucho más barata y una laxitud en el cumplimiento de leyes, normas y reglamentos de seguridad e higiene en el trabajo.
Como era de esperarse, gran parte de esta inversión se estableció en nuestro país, ya que uno de los mayores atractivos de México para atraer inversión extranjera, son los sueldos sumamente bajos y la laxitud en las regulaciones y normas laborales de seguridad e higiene en el trabajo.
Vergonzosamente esa es nuestra “ventaja competitiva”.
Cabe aclarar que de todos los países que integran la OCDE, México es el que tiene el salario más bajo y en el que más horas se laboran al año.
Es por ello que, para evitar una competencia laboral desleal (el denominando “dumping laboral”), los sindicatos estadounidenses exigieron elevar los salarios y la observancia de normas laborales en México, estas demandas como efecto carambola, redundan en beneficio enorme a favor de los trabajadores mexicanos, sobre todo y muy marcadamente, los del sector industrial-manufacturero.
El autor es abogado litigante.
Especialista en Seguridad Social.
arturo.morenoha@hotmail.com