¿Qué va a pasar con los alimentos en el futuro?
Es ingeniero Bioquímico con especialidad en Ciencias Marinas Alimentarias por el Tec de Monterrey.
El cambio climático se está dando y además es una realidad que actualmente necesitamos producir más alimento.
A todo esto aunamos que cada año se necesita más agua, sin embargo cada vez es más escasa al igual que las tierras cultivables.
Esto podría parecer un desafío insuperable. Los modelos climáticos muestran que la producción mundial de cultivos disminuirá cada década durante el resto de este siglo debido a la sequía, el calor y las inundaciones.
Sin embargo se espera que la población mundial crezca otro 30% a mediados de siglo.
Entonces, ¿cómo alimentaremos a 9 mil millones de personas de manera sostenible en las próximas décadas?
La ONU prevé que la producción de alimentos tendrá que aumentar hasta un 70% a mediados de siglo para garantizar la seguridad alimentaria mundial.
El incremento de la temperatura, que a su vez provoca calores extremos, sequías, inundaciones, incendios forestales, estaciones cambiantes y otros factores, alterarán radicalmente nuestro panorama alimentario: lo que comemos, dónde lo producen, cuánto pagamos y las opciones que tenemos.
Para poder sobrevivir hay que reinventar todo el sistema alimentario mundial y adaptarnos al clima cambiante.
Y el desafío es enorme.
Debemos resolver los problemas existentes de la agricultura industrial al mismo tiempo de alimentarnos y prepararnos para las presiones que tendremos que afrontar.
Las paradojas de nuestro futuro alimentario son la disminución en las tierras cultivables y el agua disponible, por un lado, y el aumento de la población por el otro.
No sabemos si hemos o no rebasado ya, o qué tan cerca estamos, el umbral del cambio climático más allá del cual nuestras prácticas agrícolas y ganaderas actuales empezarán a derrumbarse, porque es un hecho de que eso sucederá.
La crisis climática relacionada con los alimentos ya es evidente en todas partes.
En los últimos meses y años, los fenómenos meteorológicos extremos han dañado o destruido cualquier cantidad de cultivos en todo el mundo y causado daños severos a las operaciones ganaderas.
Todo esto sin considerar aún la disminución en las poblaciones de abejas.
Los alimentos más vulnerables al clima incluyen aquellos que son más volubles y que necesitan condiciones muy específicas para crecer bien, como café, uvas, aceitunas, cacao, frutales, cítricos; así como los que requieren más agua, como almendras, aguacates, alfalfa y pastos que alimentan al ganado.
Pero mucho de esto no es obvio aún para las personas que no se han visto directamente afectadas por los problemas y que no han sufrido desabastos en los mercados de sus localidades.
La persona promedio puede entrar a una tienda de comestibles y elegir entre 20 marcas diferentes de cereales o pan.
Por ahora estamos experimentando estas interrupciones sólo como fluctuaciones sutiles en la calidad y el precio de los alimentos.
El daño masivo en la siembra de maíz en Jalisco y hortalizas en Sinaloa en esta temporada, simplemente resultará en costos ligeramente más altos de maíz y algunas hortalizas.
Esos efectos a corto plazo son sutiles, pero a mediados de siglo las consecuencias de la crisis climática ya serán más visibles.
Millones de personas van a enfrentar el hambre.
Gilberto MontañoEs ingeniero Bioquímico con especialidad en Ciencias Marinas Alimentarias por el Tec de Monterrey.