Preescolares: alimentación, nutrición y salud

El autor es Dr. en Ciencias Nutricionales. Director General de Cultura de la Nutrición, A.C. 

(PRIMERA DE 2 PARTES)

Hoy hablaremos sobre el importante tema de la alimentación de los niños en edad preescolar, es decir, desde los 2 hasta los 5 o 6 años, y la importancia que tiene sobre su nutrición y salud.

En general, durante la niñez se construye una buena parte de nuestros hábitos de alimentación. Consciente o inconscientemente, lo que comimos de niños nos sirve de referencia para el desarrollo

de nuestros gustos por la comida, cuando somos adultos.

Como padres o como responsables del bienestar de los niños, nos preocupa mucho su alimentación porque la relacionamos, apropiadamente, con su salud. Precisamente este celo por evitar que los niños estén desnutridos, ha contribuido a que pensemos que la cantidad de comida que se consume sea muy importante.

Pero en realidad importa tanto la calidad como la cantidad. En este grupo de edad, la alimentación saludable es importante tanto por la salud de los pequeños, su crecimiento y desarrollo, como

por el profundo impacto que tiene lo que comen, sobre sus gustos por la comida.

Los niños de esta edad están creciendo físicamente de manera acelerada, a la vez que desarrollan sus emociones y aumentan cada vez más su conocimiento sobre todo el ambiente que les rodea.

Durante estos años desarrollan nuevas habilidades. Una parte importante de éstas son las relacionadas con su alimentación; cada día conocen nuevos alimentos que aumentan su rango de preferencias de comida.

A esta edad, los niños poseen una habilidad innata para autoregular su consumo de alimentos; es una característica bien documentada y muy importante, respecto a su alimentación.

La necesidad de comer de los niños preescolares, responde a las demandas de su crecimiento y desarrollo físico. Pero debido a que los niños no crecen de manera homogénea, unos días tienen más apetito y otros días menos, de acuerdo con ese ritmo de crecimiento heterogéneo. Y esto es completamente normal. Pero nosotros lo ignoramos, nadie nos lo dijo, no es algo que sepamos, que hayamos recibido como instrucción y no le encontramos lógica.

Por eso permitimos que sean nuestras creencias las que “guíen” el consumo de alimentos que definimos para estos niños. Y nos preocupa la cantidad de comida: el niño debe dejar el “plato

limpio”. Celebramos que lo haga, y casi se convierte en nuestra obsesión lograrlo.

El niño que “se come todo” lo que le sirve su mamá, es un niño que “se portó muy bien”, y lo felicitamos, aun cuando lo haga comprometido por la presión familiar, y no porque realmente tuviera el apetito suficiente.

El mensaje que le damos a este niño es: olvídate del apetito (que es biológico); en su lugar, para comer haz caso a las influencias externas. Y esas influencias externas van a incluir a familiares y amigos. Pero, por lo mismo, también los hacemos más vulnerables a la comercialización.

Lo que se recomienda es que en esta etapa se le permita al niño decidir la cantidad de alimentos que consume, pero proveerle únicamente con alimentos de alta calidad nutricional, y regular adecuadamente su consumo de alimentos menos saludables, entre comidas.

Los expertos en alimentación infantil nos recomiendan ofrecer a los niños alimentos saludables, y dejar que ellos decidan la cantidad; ocúpate de la calidad y déjale a ellos la cantidad.

La construcción de los hábitos de alimentación de los niños tiene su principal punto de referencia en la casa. El ambiente familiar, y particularmente los padres, tiene una gran influencia sobre la construcción de los gustos y preferencias de los niños.

Por un lado, está el ejemplo que presentan para el niño las preferencias de sus padres, por medio de los alimentos que están disponibles en la casa. Y por otro, los gustos por diversos tipos de  alimentos que va a desarrollar, como consecuencia de esas preferencias y de ese ejemplo de sus padres. (Continuará).

“Los gustos de los niños pequeños por la comida, son los de sus padres”: SGM, 2021.

El autor es Dr. en Ciencias Nutricionales. Director General de Cultura de la Nutrición, A.C.

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