‘Pareces niño’ , y… ¿qué tiene de malo?
El autor es experto en Branding y Comunicación Creativa.
¿Cuántas veces hemos sido señalados por tener pasatiempos, aficiones, ocurrencias, o un actuar despreocupado cuando encuentras el momento ideal para entretenerte y jugar? No hablo de acciones propias de la gente adulta. Es común escuchar la frase “pareces niño, ya ni la muelas”.
Esto da pie a citar una frase que en lo personal, me encanta, y siento que se vuelve estandarte de los ahora adultos contemporáneos: “Un adulto creativo es un niño que ha sobrevivido” de la estadounidense Ursula K. Le Guin, reconocida y laureada por su literatura de fantasía y de ciencia ficción, como también su intelecto y visión.
Esta frase representa a todo un mundo de personas que existen a nuestro alrededor, desde prestigiados y reconocidos publicistas, hasta al más cuadrado de los contadores; abara una gran brecha generacional, desde la generación silenciosa y BabyBoomers, hasta los controversiales Millenials (y sucesores).
Doy gracias a mis padres por haberme permitido ver tanta televisión, comer tantos dulces y pasteles, crear mi propia pandilla de la infancia, asistir a tantas piñatas, paseos y por alimentar la ilusión cada 25 de diciembre y mis cumpleaños con juguetes, pero más que nada, por brindarme la posibilidad de jugar y divertirme tanto.
Al jugar, uno agiliza la mente: aprende, experimenta, desarrolla su motricidad, se activa dentro de una sociedad dando pie a conectar con el entorno, aumentando así la confianza y el optimismo en sí mismos.
Gracias a la experiencia de poder jugar y tomar la vida como un acontecimiento divertido, he logrado abrir puertas como alguien optimista que piensa positivo.
Jugar te permite generar pensamiento vertical, cercanía, confianza. En mi caso, el simple hecho de sacar puntadas al final del día se convierte en el corazón de toda una campaña publicitaria para un cliente, y da pie para que pueda quedar satisfecho.
A través del juego, te vuelves menos amargo y más feliz. ¡A ver!, no me refiero a que en un velorio te pongas a jugar a la roña, o a colorear durante una reunión de negocios. Para todo hay momentos, pero como adulto, con el paso de los años uno se le olvida de lo divertido que es divertirse mientras uno hace lo que le gusta realmente.
Si hay niños y niñas en casa, déjame te digo que su único oficio es que les des tiempo para poder jugar y ser felices, y no olvidar que un regaño a tiempo les permitirá visualizar y entender que existen límites, “que lo poco agrada y lo mucho enfada”, e incluso evitar que caigan a la cárcel.
De momento, tú deja que jueguen y sean felices, y también tú; las responsabilidades les irán llegando a su debido tiempo, pero mientras tengan en sus manos el tesoro de la divina infancia, será el mejor regalo que les puedas proporcionar.
Nunca te olvides del niño interior que llevas dentro en tu alma, ya que cuando uno se olvida de él, es cuando comienza a hacerse y sentirse viejo. FELIZ DÍA DEL NIÑO.
El autor es experto en Branding y Comunicación Creativa.
Hamster & Sniper y CEO Productos la Casta.
Miembro activo de Aspac .
Director creativo para marcas locales y nacionales en Hamster & Sniper Advertising Company.
Tiene más de 20 años de experiencia como estratega de marketing, comunicación y publicidad