¿Para qué las Ciencias Sociales?

La autora es periodista, docente universitaria y maestra en Ciencias Sociales por la Universidad de Sonora.

A lo largo de 20 años de ejercicio profesional en el periodismo, he tenido la oportunidad de entrevistar a muchas personas: políticos -de todos los partidos-, funcionarios de Gobierno -de todos los niveles-, líderes sindicales, sacerdotes, policías, candidatos, artistas, deportistas, investigadores, empresarios, rectores, médicos y periodistas, sólo por mencionar algunos.

Sin duda, cada uno defiende su verdad.

Quienes se desempeñan en el ámbito académico y científico se apasionan por su área de conocimiento y labor, ya sea en el aula o en un laboratorio.

Sin embargo, también he presenciado, y ocasionalmente sufrido, el desdén que aún existe hacia las Ciencias Sociales.

El cuestionamiento hacia las Ciencias Sociales, desde las ciencias Naturales y Exactas, es de antaño y va desde la relevancia de los temas investigados, las metodologías utilizadas, la confiabilidad de sus datos y resultados, y aunque no es la intención traer ese debate a colación, me permitió retomar la pregunta de la doctora Nadia Corral Frías, ¿Para qué las Ciencias Sociales?

Desde mi punto de vista, para captar con ambos ojos la realidad que se desea explicar, demostrar, describir, comprobar, interpretar, comparar y comprender.

He atestiguado cómo los proyectos de investigación donde van de la mano las ciencias Sociales, Exactas, y Naturales, no sólo para medir y explicar una problemática en particular, permiten una visión más amplia de lo que se estudia y, por ende, brindan mayor beneficio a poblaciones vulnerables.

Aclaro, tampoco se trata de anular o dejar de lado la investigación disciplinar.

Sin embargo, la realidad que vivimos nos pone con mayor frecuencia ante situaciones coyunturales que requieren mayor entendimiento, soluciones creativas e innovadoras; las Ciencias Sociales, son la otra cara de la moneda, el conocimiento que permite entender el comportamiento del individuo y de la sociedad en su conjunto.

Abordar la actual contingencia sanitaria sólo desde la parte médica, sería convertirse en un cíclope.

La situación es tan compleja que requiere de las Ciencias Sociales para explicar comportamientos colectivos e individuales, mejorar estrategias de comunicación, para salir airosos del salto mortal llamado educación virtual -en todos los niveles-, comprender la percepción de riesgo, y conocer lo que ha sucedido en situaciones similares en el pasado.

Puedo enumerar diversas situaciones asociadas a esta realidad que considerábamos lejana y las líneas de este espacio serían insuficientes.

¿Y qué pasa con las áreas del conocimiento agrupadas en Ingeniería, Administración, Humanidades, Economía y Exactas?

También se requiere de sus fortalezas científicas para enfrentar, explicar y solucionar la realidad que hoy nos impone una nueva enfermedad.

En esta ocasión el propósito de mis palabras es reflexionar sobre la necesidad de superar ese desdén hacia el área del conocimiento que tiene como objeto de estudio la entidad más compleja: el ser humano.

Reflexionar sobre el potencial que representa unir las fortalezas de cada disciplina.

¿Una visión utópica?

Probablemente.

Pero es una idea en la que creo.

La autora es periodista, docente universitaria y maestra en Ciencias Sociales por la Universidad de Sonora.