¿No tienes fuerza de voluntad? Trabaja en ella
La autora es Nutrióloga con cedula profesional 047267.
- Encuentra una motivación para empezar; piensa en eso que quieres lograr, para qué y por qué y enfócate en cumplirlo.
- Cámbiate el chip, ¡cree en ti! Recuerda que antes de conseguir el éxito, debes creer que puedes hacerlo. Ya basta de esperar a que otros te valoren y te aprueben, eres la única persona capaz de crear aquello que quieres lograr, ¡nadie lo hará por ti! Recuerda que tu actitud y la manera de ver las cosas es lo que va a marcar el cambio, así que háblate bonito, vuélvete una prioridad. Es momento de ver todo lo que has logrado y a dónde te gustaría llegar y empezar a luchar por eso. ¡Yo creo en ti!
- Empieza con pequeños cambios; cada logro por más pequeño que sea, te aproxima cada día a tu objetivo, lucha cada día por lo que quieres y trabaja cada segundo para lograrlo.
- No te castigues; es lo último que necesitas. Lo que pasó, ya pasó. Todo mundo hemos tenido caídas y retrocesos en el camino y no pasa nada, mejor repara el daño y sigue adelante. Ojalá hayas disfrutado ese “caída” pero ya, dale vuelta a la página y toma el camino correcto de nuevo porque sentirte mal y castigarte no va a servir de nada.
- Rodéate de personas que te apoyen a cumplir tu objetivo; ¿a veces es difícil no? Tenemos que encontrar a esa gente que nos ayude a cumplir nuestras metas, que tenga los mismos intereses que nosotros para que nos ayude en el proceso del cambio y todo resulte más fácil.
- Elabora un plan y actúa; tanto análisis causa parálisis, necesitas accionar. Que nadie te diga que no puedes cambiar tu vida de un día para otro. Hoy puedes dejar atrás aquello que no te deja cumplir cierto objetivo, enfócate en lo que quieres lograr, organiza tus tiempos, fija horarios, cocina tus alimentos y basta de pretextos; la falta de tiempo es la más común, pero la menos factible, siempre puede más el que quiere, que el que puede, así que vamos, ¡actúa HOY!
- Sé paciente; probablemente no notes cambios físicos de un día para otro, pero todo esfuerzo da su fruto en un futuro. Confía en que la satisfacción de lograr algo es mucho más grande al esfuerzo a la espera de llegar a tus metas.
“Al ponerle fecha a un sueño, se convierte en meta; una meta dividida en pasos, se convierte en plan; y un plan apoyado por acciones, se vuelve realidad”