Necesaria, muy importante… y frecuentemente ausente
El autor es consultor y director general de 3TCConsulting.
(PRIMERA DE 2 PARTES)
Tal vez este título te traiga muchas ideas a la mente, pero en esta ocasión me referiré a la correcta inducción del personal.
Cuando un colaborador inicia una nueva etapa en el terreno laboral, hay algo más que sólo trabajo y dinero a cambio, tanto por el lado de la empresa como por el del colaborador existe una misión y una visión que es muy importante cumplir.
Imaginemos un poco una escena que se gesta en una persona que consigue el sí en una aplicación de trabajo un miércoles y se presentará a trabajar el siguiente lunes en la nueva o primera empresa, ¿qué pasará por su mente?, ¿qué comentará con sus amigos?, ¿con sus familiares, esposa, hijos?
Seguramente habrá una expectativa de un cambio para mejorar la situación económica actual, pero también habrá algo de especulación sobre si será una buena empresa; tal vez hasta pase alguna noche sin dormir imaginando si este será el trabajo soñado, algo así como cuando vas a una reunión en la que sabes que no conoces a nadie, pero tienes que ir, y deseas que todo salga bien.
Llega el día en que este colaborador se presenta a laborar, y ese día, él o ella se presentan en la empresa, y su familia y conocidos se quedan atentos a su regreso para saber qué fue lo que pasó en ese primer día, imaginemos que hablamos de nuestra empresa, ¿qué contará de regreso?:
a) Escenario 1: “Pueeessss, llegué y no sabía bien por dónde entrar, pero le pregunté a una persona que estaba por ahí y pues ya llegué con el guardia y le dije que era mi primer día, y me dijo que esperara, le llamó a Recursos Humanos y me pasaron a una oficina donde estaban unas personas que me platicaron sobre quien sería mi jefe y que esperara en otra oficina y que al rato pasaban por mí; luego esperé una hora a que llegaran por mí y me preguntaron si yo era el nuevo y me llevaron al área de trabajo, ahí me dijeron donde sería mi lugar y ya, que empezara a trabajar, que si tenía duda le preguntara a alguien; todos me veían raro, como “el nuevo”, y observaban que no podía acomodar las piezas correctamente dentro de la caja y se reían, hasta que por fin, vino uno de ellos y me dijo que me iba a ayudar para que no me agüitara, y así pasó el día.
Pues fue buena onda el día, a ver si mañana conozco a mi jefe, y a ver cuánto duro jaja, y pues a ver que otras oportunidades salen, si no hay más, pues no está tan mal ahí…creo”.
Nos leemos la próxima semana con el siguiente escenario.
El autor es consultor y director general de 3TCConsulting.
eduardo.estrada@3tcconsulting.com