Manejemos dos extremos
El autor es periodista con más de 35 años de experiencia, LAE, MCO, DAP.
Primero.- En una de las series de Star Trek, el comandante Picard señaló que iría a recibir su salario acumulado de años: el conocimiento, como una moneda de uso. Si usted estuviera laborando en una nave espacial donde sus necesidades están cubiertas, incluyendo que su familia se ve beneficiada por su trabajo, y no obtiene motivaciones para un mayor rendimiento propio, ¿qué haría para seguir haciendo sus tareas?
Cierto es que en este hipotético caso siempre existe, conforme a la serie televisiva, un peligro latente. Cada quien sabe qué hacer en el momento adecuado, hay una jerarquía estricta militarizada, áreas exclusivas para tiempos muertos... raras, pero se dan las relaciones interpersonales.
Si se fija nunca se observan bebés ni dónde están; siempre se está a la espera de saciar el apetito de la curiosidad –que nunca se llena-, siempre encerrados en un mismo espacio con los problemas sociales y sicológicos que ello implica y un largo etcétera.
Es pues, una organización cerrada cuya última recompensa de pago es el conocimiento. Un satisfactor necesario y costoso.
Segundo. - Ahora pensemos en las tribus conformadas por los primeros humanos que habitaron este mundo y cuya organización la debieron conformar por supervivencia (unos dicen que 300 mil, otros que 100 mil años atrás). El punto es que las características como tal no dejan de ser similares: liderazgo, comunicación, religión, étc. Y en detalle: sistemas legales, de cambios de autoridades, (manejo del poder), satisfacción general de necesidades sociales y un largo etcétera de ya conocidos.
Y sí, en la cúspide sobresalen tres aspectos esenciales: crecimiento, (empujado por la curiosidad); acumulación de riqueza (impulsado a su vez por el sentimiento de superioridad) y conocimiento, (aprendizaje continuo), cada uno de estos con sus referentes y limitantes de índole político adecuados.
La lógica es inercial, de allí que la humanidad prepondere la educación como base de su desarrollo.
Hipótesis. - De hecho, dentro de las organizaciones de cualquier tamaño, quien tiene mayor conocimiento es pieza clave. En la mayoría de los casos se convierte en líder, pues conocido es que
quien no cuenta con este ingrediente relacionado con la sapiencia, llevará al fracaso a los que la integran y aquí podemos mencionar desde taquerías hasta países.
Lo preponderante, pues, es que la rama del conocimiento está supeditada a cada integrante de la organización en base a su entorno o campo de acción que le rodea, disposición de aprendizaje, motivación interna –algunos centran esto como efecto lógico de superación personal lo cual se convierte en una tarea organizacional relevante--, que a su vez acarrea de manera global todas aquellas características que hacen grande (de grandeza, no de tamaño), a cualquier organización.
El autor es periodista con más de 35 años de experiencia, LAE, MCO, DAP.
Director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de CEO,
Consultoría Especializada en Organizaciones
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