La reducción de desigualdades y fragmentación social

La autora es Directora de Grameen de la Frontera y profesora de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey Campus So

La agenda 2030 para el desarrollo sostenible es el documento adoptado por los 193 países integrantes de la Organización de las Naciones Unidas: busca construir un mundo con oportunidades, prosperidad y equilibrio con el medio ambiente. Los 17 objetivos que integran la Agenda son un llamado a reconocer los problemas más urgentes que existen y en sus metas se observa una ruta que orienta el actuar de los gobiernos, las empresas y la sociedad civil organizada para lograrlo.

El objetivo 10 está enfocado a la reducción de las desigualdades, uno de los problemas sociales más relevantes y evidentes en la sociedad actual, sobre todo en los países de América Latina. La

desigualdad no sólo hace referencia a la diferencia significativa existente en el ingreso global, sino que busca reconocer las situaciones de vida que enfrenta la población y el abismo que los puede separar de las oportunidades y las ventajas.

Los datos del Informe Latinobarómetro indican que sólo el 15% de los mexicanos consideran que la distribución del ingreso es justa en el país; en sociedades profundamente desiguales como la mexicana, la desigualdad social  trasciende la variable económica y permea prácticamente en todos los rincones de la vida individual y social; nos enfrentamos a una sociedad fragmentada que cada vez hace más profundo el distanciamiento y la exclusión. Gónzalo A. Saravi, en su libro  Juventudes fragmentadas señala:

“La fragmentación que caracteriza a la pirámide de la estructura social mexicana hace que la progresión de la desigualdad no sea línea y continua, sino con saltos intermedios que profundizan

el distanciamiento económico, emocional y cultural entre las clases”

En el aspecto emocional, se debe considerar que la percepción que existe de que los privilegiados son superiores en jerarquía y eso les permite mostrar actitudes de desprecio, es uno de los grandes factores que ocasionan el enfrentamiento entre clases, y por ende, la fragmentación social.

El descontento entre clases ocasiona violencia y enojo, los cuales se traducen en el desgaste del tejido social e incremento de la inseguridad, entre muchos otros problemas. En la mayoría

de los casos en donde se observa la violencia directa se encuentra la violencia estructural por detrás.

Para lograr la reducción de la desigualdad y por ende la fragmentación social, se requieren políticas públicas que reduzcan la desigualdad de oportunidades y, en cambio, aumenten la movilidad social a través de mejor educación, salud, acceso a crédito, servicios de vivienda, transporte y seguridad pública.

La autora es Directora de Grameen de la Frontera y profesora de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey Campus Sonora Norte

@PaulaTakashima