La cultura del #valemadrismo

La autora es directora de Voz Empresarial.

Estamos por terminar 2019 y México y Sonora se están ajustando a un nuevo gobierno que se autonombra la Cuarta Transformación (4T), donde los ciudadanos hartos de la prepotencia, corrupción, impunidad y donde el pueblo es la eterna víctima en un círculo vicioso sin salida, votó por esta opción política que aseguraba era diferente.

El pueblo tiene los gobiernos que merecen, lapidario; unos lo niegan otros dicen es verdad, pero efectivamente los políticos de quienes estamos hartos salieron de las filas del pueblo que tanto se queja de ser sometido por los abusos de los gobiernos en turno.

Si nos damos cuenta, en estos días, en todo el país se intensifica el tráfico, las mentadas de madre son el pan de cada día, estacionarse en doble fila no importa, que me brinquen, estacionarse en lugar ubicado para personas con capacidades diferentes, a pesar de que está sancionado lo siguen haciendo sin tener la menor pena por personas que de manera valiente se enfrentan a individuos que no entienden su discapacidad.

Observa las largas filas en supermercados, abarrotes, pagar servicios y no falta el madruguete de una persona que se brinca a los que de manera paciente esperan llegar para hacer sus compras o pagos, y como ahora no se sabe si están armados, puesto que según la Sedena hay 13 millones de armas de las cuales 3 millones tienen registro y el resto no, o sea, somos una ciudadanía armada.

Nos quejamos de todos los gobiernos y somos capaces de honrar y respetar al otro, porque nuestra libertad termina en donde empieza la del otro y eso muchos mexicanos no lo consideran así, al contrario, lo ven como normal, ante el relajamiento social en todas sus normas y que nadie las respeta.

No hay cultura de la legalidad, puesto que el gobierno que las impone no las respeta y todo mundo sabe que así es; te roban en casa o en tu negocio, los ciudadanos saben que jamás les regresarán lo robado y menos castigado el culpable o los culpables; sólo el 2% de los delitos tienen sentencia en este país y de los que se denunciaron.

Entonces, cómo no perpetuar el #valemadrismo si no existe un ecosistema legal y de Estado de Derecho que lo permita, la relajación ante el crimen y ahora con la nueva ley de Amnistía aprobada, saldrán 6 mil 500 presos por “delitos menores”; ojalá que aquéllos que dejen la cárcel por la injusticia cometida, sean acompañados de un programa de oportunidades para que no vuelvan a delinquir.

Esta ley de Amnistía se espera no sea un boomerang que se le regrese al gobierno y a los ciudadanos de bien y que las personas que han delinquido y tuvieron un diplomado de criminalidad dentro de las cárceles logren reivindicarse e insertarse de manera exitosa en la sociedad que los obligó según esta ley a delinquir.

La pregunta es ¿quién le pone el mal ejemplo a quién? ¿El pueblo, al Gobierno o el Gobierno al pueblo? Dicen los expertos que es una relación simbiótica, la clase gobernante en su mayoría inició su vida como parte de la población en general y sus integrantes han ido escalando al poder con una mezcla de talento y de aplicar las no-reglas del #valemadrismo que rige al pueblo mexicano, pese a quien le pese.

La conducta de los mexicanos es me vale, no me importa y aunque delinca y atropelle en este México lindo y querido no pasa nada, no hay consecuencias para nadie, ni en lo pequeño ni en lo grande; 38 mil muertos en lo que va de 2019 y muy pocos van a recibir la justicia que merecen.

El #valemadrismo mexicano está siendo mella cada vez más, hay 5 millones de personas con depresión, según la Secretaría de Salud, es decir, con ira y frustración acumulada; los chocaron, robaron, los golpearon, y la autoridad voltea para el otro lado y eso lo saben los malosos, sobre todo, y ahora también los buenos ciudadanos que están hartos y se empujan al #valemadrismo día con día sin saber qué hacer.

La autora es directora de Voz Empresarial.

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