Inteligencia híbrida en periódicos: humanos + robots
La autora es Licenciada en Ciencias de la Comunicación.
¿Podría usted imaginar una sala de redacción en un periódico local sin gente que escriba, sin personas de prisa, sin cabezas ni manos para escribir?
La búsqueda de reporteros y redactores que desarrollen un trabajo eficaz, rápido, barato, que no se distraigan ni se inconformen, ha llevado a muchos medios de comunicación internacionales a incluir en su plantilla laboral elementos de Inteligencia Artificial, es decir, robots.
Hoy en día, muchas de las notas que leemos en medios internacionales como Le Monde, The New York Times, Los Angeles Times, The Washington Post, Forbes, etcétera, son escritas por este tipo de “periodistas del futuro” y a simple vista, es difícil diferenciarlas de las hechas por humanos.
Agencias como AP y EFE hace años incursionaron en esta modalidad de “empleado”, donde un robot es capaz de publicar de manera rápida un gran volumen de texto y con ello disminuir la carga de trabajo en medios impresos, aumentar la audiencia en sitios de Internet y posicionar mejor una web en buscadores.
Empresas como la francesa Syllabs o la española Narrativa ofrecen este tipo de servicios: la primera, con la filosofía de que la Inteligencia Artificial debe ponerse al servicio del individuo para complementar, simplificar y aumentar el trabajo humano, pero en ningún caso puede sustituir el valor añadido en términos periodísticos o creativos; la segunda, considerando que se trata de una herramienta de acompañamiento y no de sustitución, donde el reto como humanos es cómo se trabajará con estas máquinas.
LEO, otra empresa de este tipo también española, fue desarrollada por expertos en Inteligencia Artificial, lingüistas computacionales y periodistas con experiencia en el ámbito de la tecnología, convencidos de que la unión de hombre y máquina, conocida como ‘inteligencia híbrida’, será el camino a seguir en los procesos de automatización de tareas.
Ventajas y limitantes
La principal ventaja de los robots es que liberan a los periodistas de las labores más mecánicas y les facilitan elaborar contenidos de más valor.
De esta manera, se olvidan de labores rutinarias como escribir notas con los resultados de la lotería, información meteorológica o estadísticas sanitarias.
Son capaces de analizar con rapidez grandes bases de datos que a un reportero de carne y hueso le llevaría años estudiar.
Pueden encontrar proyecciones, tendencias y patrones que a un equipo de reporteros le llevaría años presentar.
Tablas de datos medibles como estadísticas con resultados deportivos, financieros, balances económicos, partes policiacos y estadísticas de seguridad, son convertidos en textos informativos por los robots.
Pero hasta el momento son incapaces de realizar un reportaje literario, una crónica política o judicial, cubrir sucesos o hacer entrevistas.
Además, existe el riesgo de que si son alimenta- dos con una base de datos errónea, difundan Fake News que metan en problemas a los medios que las publican.
Dependerá entonces de los propietarios de medios de comunicación recurrir a robots como “Heliograf” y “Gabriele” para que realicen el trabajo automático y dejar a los periodistas ese espacio para que desarrollen su potencial y demostrar que una máquina nunca sustituirá el olfato, la sensibilidad y la creatividad de un reportero.
La autora es Licenciada en Ciencias de la Comunicación.
Ha sido reportera, editora y correctora en medios impresos y digitales.
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