Homosexualidad en Sonora, el fuerte arraigo de las ideas
El autor es próximo Licenciado en Psicología con orientación al área de Genero, Violencia de Genero, Masculinidades, etc.
En general, la vida en México en cualquier estado, ciudad o pueblo, cuando la identidad de género no corresponde a tu sexo de nacimiento, puede ser difícil (en el menor de los casos), y una pesadilla en otros.
En los estados del norte, particularmente en Sonora para no teorizar sobre otros, tener esta orientación sexual, distinta a la que por tradición debe tener un sexo masculino o femenino, resulta completamente catastrófico para quien lo vive, ya que tanto el estereotipo del hombre como el de la mujer están bastante arraigados en la cultura, los roles que juega o “debería” jugar tienen un significado superlativo en el colectivo social y están muy marcados, no hay lugar a discusión en la comunidad.
En Sonora, aunque la moda ha ido cambiando con el paso del tiempo, sigue estando vigente dentro de la construcción social de la definición de hombre, que las botas o aquel pantalón de mezclilla, el cinto y sombrero son características principales, esenciales, y en otras, se adhiere el bigote o barba y actitudes como no expresar sentimientos, utilizar la fuerza, e incluso, ser en ocasiones un poco violento o agresivo… por otra parte, el estereotipo de la mujer es completamente igual en este sentido, a ella, está todo lo asociado a reacciones y relaciones emocionales, del hogar y maternales, por lo que llorar, emocionarse con una flor o un regalo sorpresa es lo más “normal” del mundo, no así para los hombres, y cualquier cruce de rasgos es categorizado fuera de esta normalidad.
La orientación sexual, tampoco depende de la profesión que se ejerce puesto que vemos actores, taxistas, ingenieros, deportistas, etc., que, indistintamente de su actual labor, procedencia o estatus social, a pesar de ello, todos, sufrieron y sufren “bullying” en alguna etapa de su vida debido a sus preferencias diferenciadas de una normalidad ya muy distinta hoy en día, atormentados por los prejuicios de una sociedad que por muy avanzada en tecnología sigue decadente en ideología, vemos como incluso para todos ellos, lo más difícil ha sido lidiar con su propia familia antes que con el abuso psicológico de sus pares y de la sociedad en general.
Cabe mencionar que además, son juzgados a su vez por una mayoría que maneja un doble discurso, donde durante el día desprecian, relegan y humillan a quienes por su orientación y preferencia sexual realizan actividades propias del sexo opuesto: vestirse, hablar o reaccionar de tal o cual manera, o bien, presentarse en público con su pareja cuando esta es del mismo sexo, mientras que, de noche… en lo oscuro, bajo la mesa, detrás de las cortinas, son estas mismas personas que llevan a cabo las prácticas que bajo escrutinio público desprecian…
El autor es próximo Licenciado en Psicología con orientación al área de Genero, Violencia de Genero, Masculinidades, etc., Ingeniero en Sistemas Computacionales.
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