El valor de la información en la época de pandemia

La autora es periodista, docente universitaria y maestra en Ciencias Sociales por la Universidad de Sonora.

Como profesionista de la comunicación siempre he tenido claro el valor y la importancia de este proceso inherente al ser humano, un proceso complejo, dinámico y emocionante al momento de estudiarlo. En el contexto de la contingencia sanitaria se han evidenciado diversos tipos de crisis: de salud, económica, social, política, educativa, y también de comunicación. Sí, de comunicación. Y tal vez se preguntará ¿Qué tiene que ver la comunicación en todo esto?

En la colaboración anterior mencionaba la importancia de mantenernos informados en el contexto de la contingencia sanitaria que nos ha tocado vivir, y compartí con usted la reflexión de cómo ha cambiado la frecuencia de nuestro consumo informativo conforme se ha desarrollado la pandemia; y de la atinada definición del concepto de infodemia que la visualizó la Organización Mundial de la Salud (OMS): la generación excesiva de información, falsa y verdadera, dificultando la selección de ésta, su confiabilidad, e incluso la toma de decisiones.

Es aquí donde la información adquiere mayor importancia: al momento de tomar una decisión. En una situación de crisis como la que vivimos, actuar por sentido común no es válido, nos seguirá costando vidas. Creer ciegamente en la información que nos llega a través de Facebook o en Twitter, no es lo más recomendable. Si bien, nuestra ciudad se encuentra en el semáforo epidemiológico amarillo, casi a un paso del verde ¿Sabe usted con certeza qué actividades están permitidas? ¿Ya se informó de las actividades que representan mayor riesgo de contagio? ¿Sigue siendo responsable y sólo sale a actividades prioritarias o ya relajó las medidas de cuidado? Tener información necesaria, oportuna y sobre todo de fuentes confiables, nos permitirá tomar mejores decisiones en beneficio a nuestra salud.

Recientemente leí un informe académico de investigadores españoles pertenecientes al Laboratorio Digilab, de la Universidad de Ramon Llull, y resaltan que ante “acontecimientos fuertemente disruptivos los ciudadanos tienden a informarse más”; sin embargo, la fatiga informativa -en la que hemos entrado todos en algún momento- es normal. Aunque la consecuencia de lo anterior es la dificultad de dar seguimiento oportuno al desarrollo de la pandemia, y me atrevería agregar, la dificultad de tomar mejores decisiones.

Por otra parte ¿Cómo valoraría la cobertura informativa por sobre el coronavirus? Ya sea en medios locales, incluso nacionales e internacionales. ¿Ha sido demasiada información? ¿Ha sido sensacionalista y alarmante? Y en este sentido ¿Qué tipo de información desea consumir? ¿Confía en sus fuentes informativas?

Recuerde, el cuidado de cada uno de nosotros, principalmente en el contexto de Covid-19, es responsabilidad de nosotros mismos. La autoridad de salud marca las directrices a seguir, pero acatarlas, es sólo responsabilidad propia. Cuídese, infórmese.

 

La autora es periodista, docente universitaria y maestra en Ciencias Sociales por la Universidad de Sonora.

Contacto: linmendivil@gmail.com