El tartamudo que se convirtió en el mejor orador de la historia
El autor es CEO MVP Group. Host de los Podcast Confesiones de un Papá Emprendedor, Escribe y Publica tu Libro y Triunfa Como Coach.
Demóstenes soñaba con ser un gran orador; sin embargo, este propósito parecía una completa locura porque su trabajo era humilde, con una jornada laboral inhumana. No tenía el dinero para pagar a sus maestros ni ningún tipo de conocimientos que le ayudaran a conseguirlo, además tenía la mayor limitación para el objetivo que perseguía con tanto anhelo: era tartamudo.
Pese a eso, Demóstenes tenía un secreto que obraría a su favor con el lento paso del tiempo. Él sabía que la persistencia y la tenacidad hacen milagros, tal y como sucedió con su persona. Demóstenes asistió a todos los discursos de los oradores más famosos de su época, incluso tuvo la fortuna de escuchar al mismísimo Platón exponiendo sus teorías.
Después de mucho aprender de los grandes oradores preparó con entusiasmo su primer discurso. El resultado se resume en una frase: fue un gran fracaso. Un fracaso repleto de interrupciones, burlas y faltas de respeto. Debido a su tartamudez, cualquier otra persona hubiera abandonado su sueño e incluso huido lo más lejos posible, mas Demóstenes asumió su fracaso como un gran desafío. Lejos de hacerse pequeño, se agrandó, lejos de quedarse sin fuerza se llenó de ella. Él sabía que las personas que fracasan lo hacen porque abandonan, y que quienes ganan, triunfan porque jamás desisten.
A partir de ese día hizo todo aquello que consideró necesario para salir adelante: se rasuró la cabeza, para así resistir la tentación de salir a las calles, de este modo, día a día, se aislaba hasta el amanecer practicando; en los atardeceres corría por las playas, gritándole al sol con todas sus fuerzas, para así ejercitar sus pulmones; por la noche, se llenaba la boca con piedras y se ponía un cuchillo afilado entre los dientes para forzarse a hablar sin tartamudear; al regresar a la casa se paraba durante horas frente a un espejo para mejorar su postura y sus gestos.
Pasaron meses y años, antes de que reapareciera de nuevo ante la asamblea defendiendo con éxito a un fabricante de lámparas, a quien sus ingratos hijos le querían arrebatar su patrimonio. En esta ocasión, la seguridad, la elocuencia y la sabiduría de Demóstenes fue ovacionada por el público hasta el cansancio.
Demóstenes fue posteriormente elegido como embajador de la ciudad, gracias a que su persistencia convirtió las piedras del camino en las rocas sobre las cuales levantó sus sueños. Cada vez que leo su historia no puedo evitar pensar en la mentalidad de microondas que cada día suma más paladines a su causa para hacernos creer que las metas, sueños y objetivos a los que un ser humano aspira, pueden ser conseguidos de la noche a la mañana, sin esfuerzo, sin dolor, sin pagar el precio requerido.
No es que pretenda que toda persona que ostente una genuina ambición deba sacrificar su vida por ella. Pero sería igual de ingenuo y egoísta pensar que cualquiera que piense en grande pueda conseguir lo que desea gratis.
Envíame tus preguntas a Yo@SoyunPapaEmprendedor.com, me encantará leerte.