El mejor regalo a mamá
El autor es director de Humanidades del Tecnológico de Monterrey Campus Sonora Norte.
A Amanda (+), mi madre “Todo lo que soy se lo debo a mi madre. Atribuyo todos mis éxitos en esta vida a la formación moral, intelectual y física que recibí de ella.”
George Washington.
En nuestra cultura la celebración del día de las madres ha ido permeando costumbres y reflexiones sobre la influencia del rol materno en la vida de las familias mexicanas.
Es lamentable que haya tantos clichés en torno a la maternidad. Hay muchas personas que aparte de tener una madre biológica crecieron con una madre sustituta, y no me refiero sólo a quienes han sido adoptados. Por otro lado, cada madre es diferente con cada uno de sus hijos.
No es lo mismo ser el primer hijo de una mujer, es decir su primer embarazo y su primer parto, que ser el quinto. No es lo mismo ser hijo que hija, ni tampoco nacer de una mujer joven que de una mujer madura, tener madre casada o madre soltera.
La realidad, aunque muchos hijos no lo quieran aceptar, es que detrás de cada madre hay un individuo, una mujer que reacciona ante la experiencia de la maternidad de diferente forma, según sus experiencias y circunstancias.
Con facilidad olvidamos que detrás de cada madre, hay la hija o hermana de alguien, por lo general la esposa de un hombre, pero siempre hay una mujer con anhelos y aspiraciones personales que nada tienen que ver con sus hijos. Detrás de cada madre hay una historia particular con sus fortalezas y debilidades, con sus alegrías y tristezas, con sus sueños e ilusiones.
Detrás de cada madre hay una persona que desea ser escuchada, comprendida, apoyada. Detrás de cada madre hay un potencial enorme para dar de sí sin esperar nada a cambio.
Por otra parte, es interesante observar que es más común que una madre acepte a sus hijos tal y como son, y no como ella quisiera que fueran, a que un hijo acepte a su madre tal y como es. Algunos cuestionan la celebración del día de la madres cuando se les festeja a manera de compensación por los dolores de cabeza que se les acomodan el resto del año y, para acabarla de amolar, lo típico en algunos contextos es que a estas valiosas mujeres se les obsequie "en su día" algún utensilio de cocina o electrodoméstico para que hagan mejor su labor, en vez de regalarles algo que disfruten para ellas.
Considero que la mejor manera de festejar a las mamás es siendo buenos hijos, esposos, trabajadores, ciudadanos y personas. De nada sirve festejarle este día a la mamá si el resto del año vamos acabando con su salud y felicidad mediante nuestros problemas, dificultades, vicios, falta de valores, metidas de pata.
No hay mejor regalo para la mamá que ir madurando integralmente como hombres y mujeres de bien. El mejor regalo para mamá es que seamos hombres y mujeres de bien, echados
para adelante, alegres, entusiastas, optimistas, serviciales, empáticos, trabajadores, así como lo son ellas.
Por eso las preguntas: ¿qué tantos dolores de cabeza o alegrías le causamos a nuestra mamá? ¿Qué tanto acompañamos a mamá en sus sinsabores de la vida? ¿Qué tan buenos hijos somos? ¿Qué podemos poner en práctica de los talentos de mamá?
¡Muchas felicidades a todas nuestras mamás!
El autor es director de Humanidades del Tecnológico de Monterrey Campus Sonora Norte.
@rafaelroblesf