El maestro de América

El autor es Escritor e Historiador Estudiante de la Escuela de Derecho de la Universidad Unilíder.

El día de hoy narraremos la historia de aquella persona que nació el 26 de enero de 1848 en Campeche, Campeche, siendo hijo del novelista Justo Sierra O'Reilly y de Doña Concepción Méndez;

así es, de nada más y nada menos que del abogado, político y escritor Justo Sierra Méndez.

Éste, tras la muerte de su padre se trasladó a la Ciudad de México, donde continuó su formación académica en el Liceo Franco-Mexicano y más tarde en el Colegio de San Ildefonso; por ese entonces empezó a publicar algunos poemas en el periódico “El Globo”, donde más tarde entabló amistad con el escritor Ignacio Manuel Altamirano (1834-1893), quien lo puso en contacto con los intelectuales y poetas del liberalismo.

Publicó sus primeros ensayos literarios en 1868 y, poco después, incursionó en la vida pública del país. En 1871 obtuvo su doctorado en Derecho. Años posteriores, hasta el de 1901, después de un largo viaje por Estados Unidos y Europa, regresó a México para cumplir su encomienda como Subsecretario de Instrucción Pública, durante el régimen de Porfirio Díaz.

Paralelo a su labor pública colaboró en “El Renacimiento” y en muchos otros periódicos en los que publicó cuentos, crónicas de viaje y versos. Se consolidó como un ferviente seguidor del

“Positivismo”, convirtiéndose en uno de los más importantes promotores del proyecto educativo de Porfirio Díaz, aseguran sus biógrafos.

El 22 de septiembre de 1910 fundó la Universidad Nacional de México, pronunciando un discurso en el que trazó el rumbo cultural del país. Como educador promovió el cambio del concepto de "instrucción" por el de "educación"; la unificación lingüística del país; el reconocimiento del magisterio en el nivel superior; la creación de un sistema de becas, y la difusión de las bellas artes.

Además, representó a México en el Congreso Hispanoamericano de Madrid y después del triunfo de la Revolución, el presidente Francisco I. Madero (1873-1913) lo envió como ministro plenipotenciario a España.

Justo Sierra, quien también fue magistrado y diputado, publicó una gran cantidad de obras, entre las que destacan sus ensayos “Evolución política del pueblo mexicano” (1900-1902) y “Juárez, su obra y su tiempo” (1906).

Para desgracia de las y los mexicanos, nuestro padre de la educación falleció el 13 de septiembre de 1912 en Madrid, sin embargo, sus restos reposan en la Rotonda de los Hombres Ilustres en la Ciudad de México.

Justo Sierra es una de las principales figuras del México moderno, además de ser considerado el “Maestro de América” y encarnó el modelo del intelectual del siglo XIX, a través de una obra en la que abarcó todos los géneros: poesía, teatro, crítica y artículos literarios, así como periodismo político, discursos, libros de viajes y ensayos.

Fuente Bibliográfica: Artículos del Periódico Siglo de Torreón.

El autor es Escritor e Historiador Estudiante de la Escuela de Derecho de la Universidad Unilíder.

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