El grito de Hidalgo y la consumación de Iturbide
El autor es Ingeniero Químico con Maestría en Dirección de Organizaciones.
Hemos leído en los últimos años a varios historiadores que hablan de este tema: si fue más importante iniciar la gesta heroica o consumarla.
Los gobiernos han decidido que el inicio del movimiento de independencia es lo que debemos celebrar, como lo hacemos cada año en este mes de septiembre.
Para ubicarnos en el periodo histórico en que ocurrieron los eventos, España era reinada por un francés, José I Bonaparte, desde 1808 hasta 1813, como resultado de la ocupación francesa por las tropas de Napoleón; por lo tanto, Fernando VII, en ese periodo, estaba fuera del poder.
En este ambiente geopolítico, las colonias españolas, incluyendo la Nueva España (México) estaban en una situación confusa y complicada, donde las inquietudes de independencia comenzaron a manifestarse y específicamente en la Nueva España dieron lugar al Grito de Dolores que textualmente decía:
“¡Viva la América!, ¡viva Fernando VII!, ¡viva la religión y mueran los gachupines!”, “Viva la religión católica!, ¡viva Fernando VII!, ¡viva la Patria y reine por siempre en este continente americano nuestra sagrada patrona la santísima Virgen de Guadalupe!, ¡muera el mal Gobierno!”.
El odio por los peninsulares era tan fuerte que Don Miguel Hidalgo atrajo a miles de criollos, mestizos e indígenas que se sumaron al movimiento en forma por demás desorganizada, a pesar de los intentos de poner orden, de los militares Allende y Aldama, que junto con Hidalgo encabezaban la revuelta.
Hidalgo, al inicio de su movimiento, invitó al militar Agustín de Iturbide, que en esos momentos era oficial del Ejército Realista, a unirse a los sublevados, quien rechazó la distinción.
Iturbide a partir de noviembre de 1820, cuando reinicia sus incursiones contra los insurgentes y en un ambiente de cambio que prevalecía en esa época, comienza a pensar en la posible independencia de México.
Una vez que tenía de su lado parte del Ejército Realista, se dispone a buscar el contacto con lo que quedaba del Ejército Insurgente, al mando de Vicente Guerrero y en una reunión celebrada en Acatempan el 15 de febrero de 1821, logra la aceptación de su plan para lograr la independencia de México.
El Plan de Iguala o Plan de Independencia de la América Septentrional fue un documento político proclamado por Agustín de Iturbide el 24 de febrero de 1821 en el cual se declaraba a la Nueva España como país soberano e independiente, proclamando a Fernando VII como rey y la igualdad de todas las etnias que habitaban en la región, distinción que no aceptó, intentando infructuosamente recuperar la colonia.
El plan proclamaba las tres garantías: Religión católica como la única aceptada; unión de todos los habitantes e independencia de cualquier país incluyendo España. Iturbide convenció al clero y las clases pudientes, constituidas principalmente por peninsulares y criollos, de las bondades del plan.
Finalmente, Iturbide se entrevistó con Don Juan O’donoju -último virrey de la Nueva España- en Córdova, Veracruz, el 24 de agosto de 1821 en su viaje a la Ciudad de México para tomar posición de su cargo y lo convence de que firme la aceptación de la independencia de México.
Iturbide formó el Ejército Trigarante y hace una entrada triunfal en la Ciudad de México, consumando la independencia, el 27 de septiembre de 1821.
El autor es Ingeniero Químico con Maestría en Dirección de Organizaciones.
Actualmente es Consultor Empresarial Financiero.
Asociado a Pontifex S.C. Financieros.
manuel_agraz@prodigy.net.