El fin de las oficinas

El autor cursa la Licenciatura de Economía en la Universidad de Sonora.

Bibliotecas enteras se llenarán en el futuro con libros que hablen sobre todas las formas drásticas como la pandemia transformó por siempre nuestras vidas.

Aunque la eventualidad de una vacuna ha sido un foco de esperanza para miles de millones de personas haríamos bien en recordar que el impacto que hizo el Covid-19 a la estructura económica bajo la cual el planeta se organiza, será más profundo y significativo para la humanidad que cualquier costo al área de salud. Lo fuerte de la pandemia puede que dure unos años más, pero el cambio será para siempre.

Una de las transformaciones más significativas e interesantes es la forma como los espacios de trabajo del futuro se están organizando.

Los trabajadores de cuello blanco le hemos dicho adiós a la rutina tradicional de arreglarse en las mañanas, batallar con el tráfico y sentarnos en un espacio confinado hasta las 5 de la tarde. Ahora, nuestra rutina de trabajo podría ser tan sencilla como levantarse, lavarse los dientes, prepararse una taza de café, abrir nuestra laptop y trabajar mientras escuchamos las olas del mar de fondo, o los pájaros cantar en el parque.

Si podemos superar décadas de ortodoxia sobre el trabajo centrado en la oficina de 9 a 5, existe la oportunidad de retener las mejores partes de la cultura de la oficina mientras nos liberamos de los malos hábitos y los procesos ineficientes, desde las reuniones inútiles hasta la burocracia innecesaria.

Todo líder cree que puede hacerlo mejor y que las cosas pueden avanzar más rápido: ésta es su oportunidad.

Desde la perspectiva de los empleados, el cambio es masivo y muy consecuente: las personas están tomando nuevas decisiones sobre dónde quieren vivir y creando nuevas expectativas sobre flexibilidad, condiciones laborales y equilibrio de vida que no se pueden deshacer. Future Forum Reserarch, colaborador de la BBC, indica que de 4,700 encuestados la mayoría no quiere volver nunca la antigua forma de trabajar.

Sólo el 12% quiere volver al trabajo de oficina a tiempo completo y el 72% quiere un modelo híbrido de oficina remota que avance.

Las empresas que lo hagan bien, impulsarán el compromiso, alcanzarán la agilidad organizativa, mantendrán la alineación y potenciarán el trabajo en equipo en todas las disciplinas y ubicaciones. Tendrán una ventaja competitiva en esta nueva era de trabajo.

Veamos algunos de los efectos que tendrá este cambio radical: Incluso una disminución moderada, digamos del 10% al 20%, en los viajes de negocios y los desplazamientos administrativos tendrá un gran impacto en los empleos

para hoteles, aerolíneas, restaurantes que dependen de almuerzos de negocios, tiendas minoristas en el centro, mantenimiento de edificios, etcétera.

Freelancing.- Muchas empresas de cuello blanco se están convirtiendo en chats de grupo virtuales, estructurados a través de reuniones por Zoom. A medida que algunas personas se den cuenta de que su conexión con la oficina es virtual, monetizarán su nueva independencia encontrada, comenzando nuevos negocios.

Nuevas comunidades.- A largo plazo veremos que los trabajadores, ahora independientes de una sede de trabajo fija, empezarán a migrar a espacios donde no existe una actividad económica tan dinámica pero que tienen elementos que aumentan la calidad de vida: Espacio, calidad del aire, sentido de comunidad entre vecinos.

Grupos podrían organizarse y trabajar para una compañía transnacional, mientras viven a la orilla de la playa en San Carlos.

Recuerdo las palabras del economista John Maynard Keynes al vivir en tiempos tan interesantes y transicionales: “Cuando las circunstancias cambian, yo cambio de opinión. ¿Usted qué hace?”.

El autor cursa la Licenciatura de Economía en la Universidad de Sonora.