El crecimiento depende de la productividad

El autor es Ingeniero Químico con maestría en Dirección de Organizaciones

El trabajador mexicano es uno de los recursos más desaprovechados de la economía del país, ya que según datos de la OCDE es el que trabaja más horas al año 2,258, pero desafortunadamente es el que genera menos dinero 21.6 dólares por hora trabajada (PIB), comparado con el promedio de los países de la organización de 1,746 horas con 40.4 dólares (datos Revista Contenido).

Estos bajos rendimientos, se deben a los esquemas de poca motivación existentes, en la búsqueda de mejoras en los procesos, que pueden aportar los colaboradores, es decir, si hacen ganar más a la empresa, casi no reciben ningún beneficio adicional, por su contribución al incremento de utilidades obtenido.

Además, los trabajadores mexicanos, con sus 160 dólares al mes, son de los salarios mínimos más bajos de América latina, esto se debe a las crisis económicas que sufrió el país hace cuatro décadas, que logró superar en gran medida, con el deterioro de las condiciones laborales de su población. (Según José Luis de la Cruz Gallegos, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico, IDIC)

Señalando que esas crisis disminuyeron los ingresos de los empleados de todos los niveles, sin que los periodos de recuperación subsecuentes lograran revertir dicho efecto. Los responsables de la política económica de la época, recurrieron a la depresión salarial para contener para la inflación, lo que de acuerdo con su criterio, disminuiría la pérdida del poder adquisitivo de los ingresos.

Los investigadores coinciden en que ni los salarios conservaron su valor, tomando en cuenta que el poder adquisitivo, de hace 40 años era 50 o 60% mayor que el actual ni se contuvo la inflación como esperaban. De acuerdo con Adán Fabián Pigeon, académico de la UNAM, en lugar de fortalecer a las Pymes, se afectaron por la baja demanda y la carga fiscal de la época, de tal manera que algunas desaparecieron, pocas permanecieron y otras se fueron a la informalidad, constituyendo este sector el 57% de la actividad económica mexicana.

También dice que México, en este momento es una economía de bajo valor agregado y escasa innovación, con requerimientos muy grandes de mano de obra poco calificada y baja competitividad, inclinada a generar poca riqueza señala el director del IDIC, para quien además, las empresas no están en condiciones de mejorar salarios y prestaciones.

Una de las soluciones son los sistemas inteligentes, que permiten aprovechar las aportaciones de ideas de todos los colaboradores, para generar mayor valor para el cliente, con base en estructuras apropiadas que estimulen el aprendizaje y la búsqueda de mejoras a los procesos, productos, empaques, sistemas de distribución y todo lo que aumente la satisfacción del cliente.

Las organizaciones inteligentes aprenden porque las personas que las forman aprenden; el conocimiento es importante para que se convierta en valor y después en recursos que serán parte de la reinversión constante que dará lugar al crecimiento del patrimonio de la empresa.

Además, estas organizaciones permiten desarrollar toda la innovación que los colaboradores puedan aportar a los procesos de atención al cliente y desarrollo de productos, señalando que estos programas deben permanecer y constituirse en esfuerzos constantes, para hacer más competitiva a la empresa. (Sistema empresa inteligente de Aníbal Basurto)

Un aspecto fundamental es que los trabajadores se beneficien de las mejoras que ayuden a generar valor en la empresa, para de esta manera, incrementar los ingresos de los trabajadores, la empresa tenga mayores utilidades, pague más impuestos y México progrese.

El autor es Ingeniero Químico con maestría en Dirección de Organizaciones

Actualmente Consultor en Innovación y Negociación.

manuel_agraz@prodigy.net.mx