Disrupción económica acelerada por la pandemia mundial
El autor es doctor en Ciencias Económicas y Empresariales y Profesor-Investigador
L os pronósticos para la economía mundial presentan cambios vertiginosos debido a la pandemia del coronavirus (Covid-19). Organismos e instituciones internacionales y calificadoras de valores estiman una caída entre 1% y 3% del crecimiento global y pérdidas de millones de empleos.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), tras el brote del virus y las perturbaciones económicas y sociales derivadas, considera la pérdida de casi 25 millones de empleos, lo cual dejaría en el desempleo, subempleo y pobreza laboral a millones de personas en el mundo.
En la evaluación preliminar “Covid-19 y el mundo del trabajo: Consecuencias y respuestas”, la OIT recomienda la adopción de medidas urgentes a gran escala y coordinadas con base en tres pilares fundamentales: “1) proteger a los trabajadores en el lugar de trabajo; 2) estimular la economía y el empleo; y 3) sostener los puestos de trabajo y los ingresos”.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) determinó que la pandemia del Covid-19 tendrá impactos devastadores sobre la economía mundial, incluso más fuertes que los generados por la crisis financiera de 2008- 2009. La región latinoamericana y caribeña será impactada significativamente, el pronóstico revisado será de una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) regional de -1.8% para 2020.
La CEPAL estima que la contingencia sanitaria mundial afectará a los países latinoamericanos por cinco canales de transmisión: 1) la disminución de la actividad económica de los principales socios comerciales de China como Chile, Perú y Brasil, por una caída en las exportaciones hasta 10.7% del valor; 2) un desplome en la demanda de servicios de turismo en la región caribeña provocada por la contracción en los viajes en 25% al tercer mes de la pandemia.
Además, 3) el freno de las cadenas globales de valor de los sectores manufactureros como el automotriz, electrónico y farmacéutico, afectando a México y Brasil, que son los principales importadores de componentes básicos e intermedios procedentes de China; 4) la caída de los precios de las materias primas (commodities), lo cual impactará a los exportadores en América del Sur, y 5) el deterioro de los índices bursátiles de la región latinoamericana debido a la aversión al riesgo por parte de los inversionistas.
Para nuestro país, las estimaciones del crecimiento económico oscilan en cifras negativas que van de -0.1% a -4.5% para 2020 de acuerdo con los pronósticos de bancos y organismos internacionales, debido a la contracción de las cadenas productivas globales, el desplome de los precios internacionales del petróleo, la caída de la bolsa de valores y la depreciación del peso frente al dólar, mercados convulsionados por la pandemia.
Para evitar en la mayoría de lo posible que se agudice la recesión económica en México, las autoridades monetarias y financieras anunciaron una serie de medidas para brindar una mayor liquidez a la economía, tales como bajar la tasa de interés de referencia a 6.5%, disminuir los depósitos de regulación monetaria, realizar subastas de créditos en dólares y fortalecer a los Formadores de Mercado de Deuda Gubernamental.
Frente al escenario económico mundial, el Gobierno Federal debe considerar las medidas laborales, financieras, fiscales y monetarias propuestas por los organismos internacionales, priorizando dar respuestas a los trabajadores y empleadores en cuanto a la protección laboral-salarial y la sostenibilidad empresarial, por medio del aumento y reorientación del gasto público social y de inversión.
El autor es doctor en Ciencias Económicas y Empresariales y Profesor-Investigador, Universidad de Sonora.
@EspejelJoel
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